lunes, 22 de julio de 2013

Mensajes sin efecto

Barack Obama, presidente de Estados Unidos, Mariano Rajoy en España, y Dilma Rouseff en Brasil, saben que necesitan buenos números.

Resultados son los que se les exige a todos los políticos en este momento.

Y la administración del presidente Enrique Peña Nieto sabe que las voces de insatisfacción por el bajo desempeño de la economía son cada vez mayores

A nadie convencen los discursos de optimismo que se escuchan por parte del que ocupa hoy la residencia de Los Pinos.

Dicen que los gobiernos no necesitan satisfacer a la opinión pública, pero lo que sí deben hacer es entender el mensaje que envían.


El mejor punto de vista por supuesto lo tiene usted. Pero le comparto la encuesta de opinión divulgada hace unos días por el Grupo de Economistas y Asociados (GEA-ISA) que revela una caída de 10 puntos porcentuales en la aprobación de la gestión presidencial. (Gráfica No.1)

















En marzo, el 55% de los encuestados aplaudían el trabajo de Peña Nieto como presidente, mientras que en junio el sondeo revela que sólo un 45% de los entrevistados aprueba la labor del inquilino de Los Pinos.

Y aunque también la encuesta de GEA-ISA confirma que ese optimismo con la que se inició ha perdido velocidad en los meses recientes, los encuestados todavía le dan el beneficio de la duda a la gestión de Enrique Peña Nieto, puesto que el 52% dice estar optimista en lo meses por venir. Cifra que pongo en la duda porque lo que se escucha son reclamos y descontento.   

Lo que sigue sobre la mesa son los pendientes que tiene esta administración, los cuales no son muy diferentes a los que tenía Felipe Calderón en su sexenio. (Gráfica No.2)

















Ahí están las principales demandas de la población que continúan sin ser tener respuesta. Así que el mensaje presidencial de septiembre próximo tendrá que explicar la ruta a seguir y presentar resultados. 

Y tampoco gozan de buena credibilidad las promesas de su equipo económico de que el próximo año la actividad económica tendrá un mejor comportamiento.  

Bajos niveles de crecimiento, desempleo, menores exportaciones, caída en las remesas de los trabajadores en Estados Unidos, falta de dinamismo en el gasto público es lo que predomina.

El escenario se complica cada vez más. La realidad económica, aquella en donde los hogares pueden hablar con la mejor visión, vence todo pronóstico optimista.

Se puede culpar a la economía estadounidense de este complicado momento, pero también los factores internos tienen parte de responsabilidad.

Mucho se habla del menor gasto del gobierno. Unos dicen que es el efecto del cambio de gobierno lo que afecta la ejecución del dinero público, otros comentan que es reflejo de lo costoso que resulta tener una alta burocracia.

Cualquiera que este sea, el subejercicio del gasto público en el primer semestre del año ya tuvo sus consecuencias.     

Así que un factor que pudo hacer menos difícil el camino para la economía en los primeros meses no se aprovechó y aunque ahora Hacienda dice que el gasto se regularizó en el mes de junio.

Y es que el gasto de capital, aquel que se utiliza para construir la infraestructura necesaria y detonante de un mayor número de empleos, es el que se necesita para reactivar con más fuerza a la economía.

Tan solo al mes de mayo, el gasto de inversión acumula una baja anual de 5.1% en términos reales.

A finales de este mes, Hacienda publicará el Informe Trimestral de Finanzas Públicas. Sin duda, serán datos muy valiosos para observar el dinamismo en los ingresos y gastos, pero también tendremos otra señal del rumbo de la economía.

Lo que más preocupa es que los hogares observan a un presidente que no cumple con las expectativas y cada día el descontento aumenta, una señal que debe ser vigilada.

Y más cuando la reciente Encuesta Ingreso-Gasto de los Hogares a 2012 que publicó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) muestra que el ingreso corriente monetario trimestral de los hogares registró una pérdida de 12.8% durante el sexenio de Felipe Calderón.

La pérdida y desigualdad en el ingreso es otro pendiente más a la larga lista que tiene Enrique Peña Nieto por delante en todo su sexenio.

Difícilmente sin crecimiento económico se podrán cumplir lo que se exige. Cierto, las reformas estructurales están colocando las bases para que el camino sea menos complicado.

Pero el equipo económico de la administración debe enviar señales más contundentes para fortalecer las fuentes internas de actividad económica.

La cifra de 4 billones de pesos que se tiene pensado gastar en desarrollo de infraestructura en este sexenio es otro mensaje para detonar el optimismo.

Bien sabemos que el gasto de capital es la principal herramienta para apoyar el mercado interno.

Ojalá no sea presa de la alta burocracia que se padece en el sector público. Y para una muestra de lo que comento hay que observar el problema que recientemente tuvo la Secretaría de Educación Pública (SEP) en una licitación de computadoras personales, ahora piense cuando se trata de proyectos con altos recursos.

Bernanke lo deja más claro

Si alguien duda de la influencia que tiene Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal en los mercados debería pensarlo dos veces. (Gráfica No.3)

















El anuncio que entregó en junio pasado la Reserva Federal sobre sus planes para iniciar el retiro de los estímulos monetarios tenía que ser asimilado por los portafolios de inversión.

Y por eso Ben Bernanke, jefe del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos aprovecho su comparecencia frente al Congreso para enviar otra dosis y dejar claro que no hay fechas para la disminución en el programa de compra de activos.

A decir del presidente de la Fed, si bien existen datos positivos en la economía estadounidense, todavía necesita de apoyo monetario y el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) evaluará en todo momento la información económica disponible para su toma de decisiones.

Bajas tasas de interés y la flexibilización monetaria continuarán. Pero el mundo y los flujos de capital deben saber que no todo es para siempre.

Tarde o temprano la Fed tendrá que dejar de pisar el acelerador. Ben Bernanke lo sabe. Y por eso desea que su mensaje sea entendido.

La Reserva Federal promete actuar de manera gradual en la búsqueda de no afectar el comportamiento de los mercados y la recuperación económica.

Claro, ese es el panorama positivo. Si las cosas no salen tal como se piensa, la Fed se tomará más tiempo para emprender la estrategia de salida. 
E_mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

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