lunes, 25 de noviembre de 2013

La otra desaceleración

“Si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, yo hoy todavía estuviera plantando un árbol” Martín Luther King Jr

No sólo la economía mundial camina a distintas velocidades en la búsqueda de su recuperación.

También los esfuerzos por combatir el cambio climático experimentan ese comportamiento.

Sabemos que los cambios no suceden de la noche a la mañana. 

Lo que si no puede faltar es la voluntad y el compromiso para hacerlos.

Si la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático celebrada el año pasado en Doha, Qatar dejo preguntas. Varsovia no se queda atrás.

Varsovia representaba una nueva oportunidad para recuperar con una mayor energía el camino en la agenda.

Lo sucedido en Polonia no puede volver a ocurrir en Lima, Perú, donde la Conferencia de las Partes (COP) tendrá su vigésima reunión en 2014.

Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) lo advertían y finalmente se cumplió.

















El anfitrión de la reunión no estuvo a la altura del reto. Y los resultados así lo dicen.

Impulsar las negociaciones y avanzar hacia París, eran los principales objetivos de la reunión de Varsovia.

Luego de dos semanas de pláticas las conclusiones dejan una vez más un acuerdo de última hora sin compromisos más ambiciosos.

Y un sabor amargo entre todas las delegaciones participantes y sociedad civil.

No podemos menospreciar lo que pasa hoy en Filipinas, tampoco el contenido del último reporte del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Se podrán celebrar los acuerdos de la Conferencia de las Partes (COP 19) celebrada en Polonia. Pero son insuficientes.

Y los resultados son escasos porque seguimos escuchando la retórica entre unos y otros sin observar una mayor ambición de todos para llegar a un acuerdo global.

La meta es todavía llegar con la esperanza de firmar un pacto mundial en la cumbre de París en 2015.

Existe una hoja de ruta para lograr ese objetivo. 

La esperanza esta en que la Conferencia de las Partes (COP) en Lima, Perú sea el punto de inflexión que necesita esta reunión.

Lo malo es que hoy al finalizar la reunión en Varsovia las expectativas no son de lo mejor.

Discursos van y vienen siempre acompañados con los mejores deseos. El lado oscuro de la cumbre llega a la hora de los acuerdos donde todo se olvida.

Datos estadísticos lo revelan y la naturaleza lo advierte cada año con más fuerza: La amenaza del cambio climático es real.

Recientemente el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) público su Agenda Global 2014.

En ese reporte, los encuestados colocan a la falta de acciones contra los efectos del cambio climático en la quinta posición de un total de 10 tendencias que enfrentará el mundo en 2014.

La primera posición es ocupada por las preocupaciones por las tensiones en Medio Oriente y África del Norte, en segundo lugar, la desigualdad del ingreso y en el tercer puesto lo ocupa el desempleo.

Con las últimas señales de las reuniones de Doha y Varsovia son más que claras para colocar al cambio climático en primera posición.

Y tal vez, por esa razón, los países desarrollados siguen sin flexibilizar su posición y sus esfuerzos son mínimos.

Las naciones en desarrollo continúan exigiendo la responsabilidad y la ayuda financiera de los mayores emisores de gases de efecto invernadero.

Se escucha su voz en estas reuniones, pero nada más eso.

Los reportes científicos presentan evidencia cada vez con mayor fuerza de los efectos del cambio climático.

Tampoco los impactos de los últimos fenómenos climáticos pueden generar metas más ambiciosas y mucho menos acelerar el proceso de negociación.

La única lección que deja Varsovia es que el cambio climático importa. Pero la recuperación económica es lo que más urge hoy.

No hay duda de que la batalla la estamos perdiendo.

Ya el mundo tiene suficiente con soportar hambre, pobreza, inundaciones, olas de calor, sequías, guerra y enfermedades.

Los expertos nos dicen que el cambio climático puede hacer que los sufrimientos de la humanidad empeoren.

¿Un quinto Jinete del Apocalipsis?

Sin un mayor esfuerzo de la comunidad internacional por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero puede ser que la naturaleza en un futuro cercano deje escuchar su voz con más fuerza.

El próximo año la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20) será en Lima, Perú.

Con la experiencia de Doha y la decepción de Varsovia, valdría la pena preguntarse: ¿Cumplen sus objetivos estas reuniones?

Los esfuerzos son bienvenidos.  Lamentablemente, los desacuerdos y la falta de acción ponen en riesgo estas reuniones.

El objetivo de la Conferencia de la Partes (COP) es París, Francia en 2015.

Pero antes de las reuniones de Perú y Francia, hay una cita en Nueva York en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se celebrará en septiembre del próximo año.

Ban Kin-moon, secretario general de Naciones Unidas desea recuperar el espíritu de urgencia con la empezó la Convención Marco de las Naciones Unidas hace veinte años.

“El cambio climático es una amenaza para todas las economías, la estabilidad y el sistema financiero”, dice el responsable del organismo multilateral.  

Lo malo es que el tiempo es el recurso más escaso. Y lo más importante: el planeta no puede esperar.

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lunes, 18 de noviembre de 2013

Recuperar el "mexican moment"

Es una tarea complicada. Y todavía más difícil lo es, si hay resultados negativos.

Los mensajes de optimismo se escuchan con fuerza todos los días y en todos los foros.

Nuestros políticos lo dicen en cada momento. Sus discursos y declaraciones contienen esa dosis.

Saben que sí algo hay que volver a ganar en los próximos meses es la confianza sobre el rumbo económico.

Pero sin acciones con resultados en el corto plazo será complicado generar esa señal esperada.

La administración del presidente Enrique Peña Nieto está próxima a cumplir su primer año de gobierno.

Las cifras no le favorecen en nada. En 2013, el crecimiento de la economía será el más bajo desde la crisis financiera de 2009.

El desempleo sigue sin ceder, la industria de la construcción vive tiempos por demás difíciles y nuestras exportaciones van a paso lento.

Los malos datos económicos han impactado la confianza de los consumidores que en el mes de octubre presentó su mayor caída en dos años.

Y no sólo ese comportamiento se observa en los consumidores, también en el ánimo de los productores. (Gráfica No.1)

















No hay que olvidar que los empresarios por lo general son más optimistas que el consumidor sobre el futuro.

Hoy el incierto entorno económico y las decisiones contagian tanto al consumidor como al productor.

Luego de vivir el “mexican moment”, el equipo económico tiene como objetivo principal recuperar el optimismo con el que empezó esta administración.

Existen indicios de una recuperación económica. Es todavía frágil, pero hay  señales.

Incrementar los niveles de confianza del consumidor y productor en los siguientes meses será el objetivo a conseguir.

Lo malo, es que el camino tiene muchas interrogantes en el horizonte.

No es fácil conseguir el objetivo. Y mucho menos con las dudas que generan incertidumbre y detienen los planes de inversión.

Y es aquí donde Luis Videgaray como secretario de Hacienda y Miguel Ángel Chong responsable de la secretaria de Gobernación quedan mucho a deber.

La administración Peña Nieto en su primer año de gobierno pondrá como su mayor logró el proceso de reformas.

Pero sabemos que el impulso a la actividad productiva del país no será en lo inmediato.

La reforma laboral empieza a ser cuestionada. Al tercer trimestre del año, Con datos de INEGI hay 2.7 millones de desempleados, 4.2 millones que tienen la necesidad de trabajar más tiempo y en la informalidad laboran 29.3 millones de personas.

La reforma educativa vivió un proceso fast track que generó un debate nacional posterior.

Hoy el gobierno federal lanza spots en radio y televisión para contrarrestar la inconformidad del magisterio. 

La reforma financiera que busca impulsar y dinamizar el crédito está esperando su turno para ser aprobada.

La reforma hacendaria terminó por decepcionar a todos. En el 2014 habrá nuevos impuestos y el gobierno tendrá más recursos para gastar.

Y en el escenario, se aproxima la reforma energética, que dicen ahora es la clave de todas las reformas.

Lo que es un hecho es que el camino para recuperar la confianza es difícil y complicado.

Ya la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2014.

La cifra alcanza la cantidad de 4 billones 476 mil 225.8 millones de pesos, es el monto más alto en la historia.

El equipo económico utilizará esos recursos para impulsar a la economía mexicana.

Se dice que ahora si no habrá subejercicios y que el dinero público llegará de manera oportuna para los programas sociales y la inversión en infraestructura.

Tal parece que nuestro secretario de Hacienda, Luis Videgaray aprendió la lección.

Se observa al responsable de las finanzas públicas en los últimos días más concentrado en su despacho que en acompañar al presidente Peña Nieto en actos públicos.

Bien sabe que tiene un reto bastante importante por delante. Si algo necesita y le urge a esta administración es el crecimiento de la economía.

El gasto público será el protagonista en 2014. Para que la actividad productiva se consolide necesita de la inversión privada.

El panorama sigue complicado. Pero, por el momento empecemos la época de buenos deseos.   

Los ojos en el PIB

No hay otro dato más esperado que la publicación del Producto Interno Bruto (PIB) de una nación.

Ese indicador económico revela el dinamismo de la actividad productiva en un periodo determinado.

Según los cálculos de Hacienda en su reporte trimestral de finanzas públicas, la economía mexicana reportó un avance anual de 1% en el tercer trimestre del 2013.

Con respecto al segundo trimestre de este año presentó un crecimiento de 0.9 por ciento.

Pero el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) es el encargado de publicar el dato económico por excelencia.

Y será el próximo jueves, cuando INEGI anuncie el Producto Interno Bruto (PIB) del periodo julio a septiembre.

Le anticipo que no se esperan buenas noticias. Los últimos indicadores señalan que la debilidad de la economía sigue su curso.

Sabemos que en cuestión de pronósticos Luis Videgaray y su equipo no pueden presumir de nada.

Así que si los números no le favorecen, no sería nada raro que nuevamente Hacienda modifique su estimación de crecimiento para este año.

Luego de tres revisiones anteriores, Hacienda pronostica un Producto Interno Bruto (PIB) de 1.7%, el Banco de México tiene un rango de 0.9 a 1.4% y el FMI tiene una cifra de 1.2 por ciento.

Y cómo alguien dice: ¿Quién da menos o quién da más?


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lunes, 11 de noviembre de 2013

El reto de Varsovia

"Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no escucha" Víctor Hugo

Los políticos se preocupan por el menor crecimiento económico, alto desempleo y una caída en los precios mayor a lo anticipada.

Parece no importar que el cambio climático sea el principal desafío para la humanidad en el XXI.

La última declaración del G-20 en Rusia, donde se reunieron los responsables de las economías más desarrolladas del planeta, es un buen ejemplo.

Los mandatarios en la declaración final del G-20 manifestaron su angustia por la evolución de la economía mundial.

Si bien incluyeron algunos esfuerzos por combatir el cambio climático, las conversaciones sobre este tema no ocuparon un papel protagónico que merecen.

Y en un mundo ocupado por salir lo más rápido de una severa desaceleración económica, las voces de los científicos y las distintas protestas de las Organizaciones No Gubernamentales los tienen sin cuidado.

Los impactos del cambio climático no son cosa del futuro, el presente nos dice que todavía existe una oportunidad.






















Pero los desacuerdos sobre el camino a seguir entre países desarrollados y no desarrollados siguen siendo un obstáculo difícil de desaparecer.

La evidencia del cambio climático es más que contundente y es la amenaza inmediata.

La prueba más visible es el derretimiento de hasta el 40% de los hielos del mar Ártico durante el verano en el hemisferio norte.

Según datos del Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en ingles), la década de 2000 al 2010 ha sido la más cálida registrada y los niveles de dióxido de carbono (CO2), principal gas que genera el efecto invernadero sigue en aumento.

Los economistas predicen que los daños provocados por los impactos climáticos pueden alcanzar el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial en 2100.

Una cifra que podría ser conservadora si uno observa los daños en todo el mundo que están ocasionando los fenómenos climáticos en los últimos años.

Las actividades humanas, cómo el uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gasolinas, diesel y gas natural) que en su combustión liberan CO2, la deforestación y la agricultura insostenible explica las altas concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Y sus consecuencias negativas se observan en el deterioro de los ecosistemas y un aumento en la frecuencia de  los fenómenos meteorológicos extremos como las sequias, los ciclones y fuertes lluvias en todo el mundo.

Hoy inicia en Varsovia, Polonia inicia la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
















La Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) que entro en vigor en 1994 es un esfuerzo de la comunidad internacional  por estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y concientizar de las consecuencias del cambio climático.

La última reunión en Doha, Qatar no dejo a nadie satisfecho. Después de días de discusión entre todos los miembros los consensos de último minuto llegaron.

El principal acuerdo fue la extensión del Protocolo de Kioto para 2020, uno de los objetivos que tenía la convención.

Sin el apoyo de Estados Unidos, Japón, Rusia, Canadá y Nueva Zelanda, 194 países se comprometieron el año pasado en Doha por ocho años más para seguir con el objetivo de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

La mala noticia es que los países firmantes solo generan el 15% de las emisiones de contaminantes mundiales.

La administración del presidente Barack Obama está más preocupada por sacar adelante a su economía que por asistir y tomar la responsabilidad de ser el segundo emisor de dióxido de carbono en el mundo.

Lo que si hace el presidente de Estados Unidos, es preparar al pueblo estadounidense y a los sectores estratégicos de su economía de los efectos del cambio climático.

Japón, China y Rusia dicen que no actuarán, si Estados Unidos no comienza a mostrar un mayor esfuerzo por reducir sus emisiones de dióxido de carbono.

La falta de compromiso y acción de las grandes economías desarrolladas es lo que hace que los efectos del cambio climático sigan creciendo.

México es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Los efectos que dejaron el huracán “Ingrid” y la tormenta “Manuel” en septiembre pasado lo ponen de manifiesto.

La Estrategia de Cambio Climático (ENCC) con una visión de largo plazo de la administración del presidente Enrique Peña Nieto es un paso para los retos que se tienen en los años por venir.

Podemos tener los mejores programas, lamentablemente los últimos fenómenos climáticos dejaron ver que todavía no estamos lo suficientemente preparados para reaccionar a tiempo.

Nuestro país llega a la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático en Polonia con el papel de buscar los consensos necesarios entre todas las partes involucradas.

La gran pregunta será sí las naciones con mayores emisiones escucharán a los países que sufren las consecuencias de posponer las decisiones importantes.

Un nuevo reporte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) revela que en 2012, los niveles de dióxido de carbono y otros gases que causan el efecto invernadero alcanzaron cifras históricas.

Bajo ese panorama se celebrará en Polonia del 11 al 22 de noviembre la XIX Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).

Si Qatar, sede de la última reunión presume de ser el principal emisor de dióxido de carbono por habitante, Polonia representa el país que más ha hecho por detener las propuestas de la Comisión Europea en materia de regulación de CO2.

Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC),  confía en que la reunión en Varsovia, Polonia será una nueva oportunidad para gobiernos, empresas y sociedad civil para demostrar su voluntad e intensificar sus esfuerzos contra el cambio climático.

Y ese es el objetivo que busca. La meta es llegar a París, donde se realizará la Cumbre de Naciones Unidas en 2015, con un gran pacto internacional.

El mundo no puede esperar. Cada vez, los riesgos se incrementan y las voces de los científicos advierten que el tiempo se agota.

Las protestas de las Organizaciones No Gubernamentales desean que su mensaje sea escuchado, los hombres de ciencia lo advierten y la Organización de Naciones Unidas (ONU) quiere que los acuerdos lleguen para suavizar los efectos del cambio climático.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Varsovia tendrá que empezar a generar metas más ambiciosas. Ese es el gran reto de esta reunión.

Existe escepticismo por la posición de países como Estados Unidos, Rusia, China e India.

Las expectativas no son de lo mejor. La reunión de Doha dejo muchos pendientes sobre la mesa.  

A los políticos les preocupa la economía y con toda razón, pero sin duda es momento de empezar a trabajar con mayor fuerza por salvar el planeta en el que vivimos.   

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lunes, 4 de noviembre de 2013

Rumbo al 2014

Sabemos que el 2013 será recordado como un mal año para la economía mexicana.

Otros nos dirán que el 2013 tendrá un lugar en la historia por ser el año en que México se atrevió a “cambiar”.

Las cifras económicas nos confirman lo primero. Bajo crecimiento, alto desempleo, menores exportaciones y un mercado interno que sigue dormido sin que nadie se preocupe por despertarlo.

Hacienda anticipó que el Producto Interno Bruto (PIB) presentaría un crecimiento de 3.5% en el primer año de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Hoy transcurridos varios meses observamos que esa cifra quedó en el olvido y el error de cálculo en la estimación fue bastante considerable.

Cierto, el entorno externo tuvo sus consecuencias, pero gran parte de la responsabilidad en el mal manejo económico la tiene nuestro secretario de Hacienda Luis Videgaray y Ernesto Revilla como titular de la Unidad de Planeación Económica de Hacienda.

La Encuesta de Expectativas que elabora de manera mensual el Banco de México entre los especialistas del Sector Privado sigue enviando señales de pesimismo económico. (Cuadro No.1)

















Por séptima ocasión en lo que del año, los analistas en el mes de octubre revisan a la baja sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana. No sólo para 2013, también para el próximo año.

Para 2013, las estimaciones para la actividad productiva se ubican en un avance de 1.20%(Mediana de los datos), en vez, del 1.50 % de la encuesta del mes de septiembre.

Respecto a 2014, los especialistas consultados presentan una proyección de 3.40% del PIB, cifra menor al 3.90% que contienen los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) que elabora Hacienda.

Factores como la debilidad del entorno externo y la economía mundial, la política fiscal que se está instrumentando, incertidumbre sobre la situación interna y debilidad del mercado interno son los principales obstáculos que frenan el crecimiento económico.

No sólo es el escenario externo el que complica el camino de la actividad productiva, gran parte del menor crecimiento que podemos tener en los próximos meses se explica por razones internas.  

Y el siguiente cuadro que contiene la Encuesta de Expectativas del sector privado que realiza Banxico, se observa la incertidumbre que prevalece sobre el clima de negocios. (Cuadro No. 2)

















El optimismo que generó la nueva administración poco a poco perdió impulso ante una evidencia que por más que quiere no puede ocultar.

Distintas voces cambiaron de opinión desde principios de este 2013. Unos negaban el difícil momento, otros advertían que la desaceleración de la economía mexicana era más profunda de lo que se pensaba.

Al final del día, los segundos pueden presumir de tener la razón. La realidad borro por completo el discurso del “mexican moment”

Según el reporte del Banco Mundial, México pasó del lugar número 51 al  53 en el reporte “Doing Busines 2014”, un informe que reporta la facilidad para hacer negocios.

Lo que demuestra que México todavía es un lugar difícil para que empresarios tomen decisiones de inversión y que países Latinoamericanos como Chile, Colombia avanzan más rápido que nosotros.

Aquí, tal vez, hay que preguntarse si nosotros los mexicanos somos muy malos para llegar a los grandes acuerdos que necesitamos como Nación. 

Se habla de que las reformas estructurales buscan hacer más atractiva a la economía mexicana.

Luego de 12 años escuchando la misma canción por gobierno, empresarios y organismos financieros internacionales los cambios empiezan a generarse.

Lo malo es que esas modificaciones estructurales no serán suficientes para impulsar el dinamismo económico.

En 2014, habrá un alza de impuestos y un mayor endeudamiento con lo que la administración Peña Nieto tendrá más recursos.

Después de bastantes análisis y discusiones en la Cámara de Diputados y Senadores, tendremos una reforma fiscal que pretende otorgar vía impuestos un total de 181,276 millones de pesos y no los 240,000 millones de pesos que tenía contemplada la iniciativa.

Los temas de fondo en materia fiscal se quedaron en esfuerzos que son bienvenidos, pero insuficientes porque no resuelven el problema estructural que tenemos.

Hacienda hizo una tímida invitación a los que hoy trabajan en la economía informal. Y en cambio, desea más de los que sí pagan impuestos.

Las modificaciones a las Leyes de Responsabilidad Hacendaria, Coordinación Fiscal y Contabilidad Gubernamental desean hacer más transparente el ejercicio de los recursos públicos.

Pero todavía es insuficiente para quitar la imagen de abuso que tanto ha ofendido a los ciudadanos.

Por esa razón, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México menciono hace 
unos días de la necesidad de otra reforma fiscal.

Lo que el gobierno federal perdió con la negativa a nuevos impuestos, nuestros legisladores lo obtuvieron aumentando el precio del petróleo, la salida más fácil.

Cumplir los objetivos de la recaudación y no impactar más a la endeble economía son los retos que tiene por delante la Reforma Hacendaria y Social del gobierno de Peña Nieto.

Y gran parte de ese desafío también lo comparte Luis Videgaray como responsable de las Finanzas Públicas.

La reforma fiscal finalmente tuvo su objetivo recaudatorio con mayor endeudamiento 
para hacer que el gasto público sea el impulso del crecimiento económico.

Dudas hay muchas por los  efectos tendrá sobre la actividad económica. Las voces de descontento se escuchan con fuerza.

Luis Videgaray, secretario de Hacienda tendrá una oportunidad y tal vez, sea la única para borrar críticas y la mala imagen que tiene Hacienda en este momento.

Los últimos días del 2013 serán para la reforma energética. Será en los próximos días, cuando el tema energético salte una vez más a los reflectores.

Si el debate fiscal provoco fricciones entre los diversos grupos parlamentarios a su interior, la discusión en la Cámara de Diputados y Senadores de la reforma energética y el Presupuesto de Egresos pondrá poner contra la pared al llamado Pacto por México.

La reforma energética es muy esperada. Gran parte del futuro de la administración del presidente Enrique Peña Nieto está basada en este cambio estructural.

Los riesgos existen. El Banco de México en su último comunicado de política monetaria advierte un panorama económico a nivel mundial con bajo crecimiento y menor inflación para 2014.

El mundo sigue atrapado en una desaceleración económica más larga de lo anticipado.

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