“Si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, yo hoy
todavía estuviera plantando un árbol” Martín Luther King Jr
No sólo la economía mundial camina a distintas velocidades en
la búsqueda de su recuperación.
También los esfuerzos por combatir el cambio climático experimentan
ese comportamiento.
Sabemos que los cambios no suceden de la noche a la mañana.
Lo que si no puede faltar es la voluntad y el compromiso para hacerlos.
Si la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
celebrada el año pasado en Doha, Qatar dejo preguntas. Varsovia no se queda
atrás.
Varsovia representaba una nueva oportunidad para recuperar con
una mayor energía el camino en la agenda.
Lo sucedido en Polonia no puede volver a ocurrir en Lima,
Perú, donde la Conferencia de las Partes (COP) tendrá su vigésima reunión en
2014.
El anfitrión de la reunión no estuvo a la altura del reto. Y los resultados así lo dicen.
Impulsar las negociaciones y avanzar hacia París, eran los
principales objetivos de la reunión de Varsovia.
Luego de dos semanas de pláticas las conclusiones dejan una
vez más un acuerdo de última hora sin compromisos más ambiciosos.
Y un sabor amargo entre todas las delegaciones participantes
y sociedad civil.
No podemos menospreciar lo que pasa hoy en Filipinas, tampoco
el contenido del último reporte del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático
(IPCC, por sus siglas en inglés).
Se podrán celebrar los acuerdos de la Conferencia de las
Partes (COP 19) celebrada en Polonia. Pero son insuficientes.
Y los resultados son escasos porque seguimos escuchando la
retórica entre unos y otros sin observar una mayor ambición de todos para
llegar a un acuerdo global.
La meta es todavía llegar con la esperanza de firmar un pacto
mundial en la cumbre de París en 2015.
Existe una hoja de ruta para lograr ese objetivo.
La esperanza esta en que la Conferencia de las Partes (COP) en Lima, Perú sea el punto de inflexión que necesita esta reunión.
La esperanza esta en que la Conferencia de las Partes (COP) en Lima, Perú sea el punto de inflexión que necesita esta reunión.
Lo malo es que hoy al finalizar la reunión en Varsovia las
expectativas no son de lo mejor.
Discursos van y vienen siempre acompañados con los mejores
deseos. El lado oscuro de la cumbre llega a la hora de los acuerdos donde todo
se olvida.
Datos estadísticos lo revelan y la naturaleza lo advierte
cada año con más fuerza: La amenaza del cambio climático es real.
Recientemente el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas
en inglés) público su Agenda Global 2014.
En ese reporte, los encuestados colocan a la falta de
acciones contra los efectos del cambio climático en la quinta posición de un
total de 10 tendencias que enfrentará el mundo en 2014.
La primera posición es ocupada por las preocupaciones por las
tensiones en Medio Oriente y África del Norte, en segundo lugar, la desigualdad
del ingreso y en el tercer puesto lo ocupa el desempleo.
Con las últimas señales de las reuniones de Doha y Varsovia son
más que claras para colocar al cambio climático en primera posición.
Y tal vez, por esa razón, los países desarrollados siguen sin
flexibilizar su posición y sus esfuerzos son mínimos.
Las naciones en desarrollo continúan exigiendo la
responsabilidad y la ayuda financiera de los mayores emisores de gases de
efecto invernadero.
Se escucha su voz en estas reuniones, pero nada más eso.
Los reportes científicos presentan evidencia cada vez con
mayor fuerza de los efectos del cambio climático.
Tampoco los impactos de los últimos fenómenos climáticos
pueden generar metas más ambiciosas y mucho menos acelerar el proceso de
negociación.
La única lección que deja Varsovia es que el cambio climático
importa. Pero la recuperación económica es lo que más urge hoy.
No hay duda de que la batalla la estamos perdiendo.
Ya el mundo tiene suficiente con soportar hambre, pobreza,
inundaciones, olas de calor, sequías, guerra y enfermedades.
Los expertos nos dicen que el cambio climático puede hacer
que los sufrimientos de la humanidad empeoren.
¿Un quinto Jinete del
Apocalipsis?
Sin un mayor esfuerzo de la comunidad internacional por
reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero puede ser que la
naturaleza en un futuro cercano deje escuchar su voz con más fuerza.
El próximo año la Conferencia de la Naciones Unidas sobre
Cambio Climático (COP20) será en Lima, Perú.
Con la experiencia de Doha y la decepción de Varsovia,
valdría la pena preguntarse: ¿Cumplen sus objetivos estas reuniones?
Los esfuerzos son bienvenidos. Lamentablemente, los desacuerdos y la falta
de acción ponen en riesgo estas reuniones.
El objetivo de la Conferencia de la Partes (COP) es París,
Francia en 2015.
Pero antes de las reuniones de Perú y Francia, hay una cita
en Nueva York en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se
celebrará en septiembre del próximo año.
Ban Kin-moon, secretario general de Naciones Unidas desea
recuperar el espíritu de urgencia con la empezó la Convención Marco de las Naciones
Unidas hace veinte años.
“El cambio climático es una amenaza para todas las economías,
la estabilidad y el sistema financiero”, dice el responsable del organismo
multilateral.
Lo malo es que el tiempo es el recurso más escaso. Y lo más
importante: el planeta no puede esperar.
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter:
@cancino_omar