No hay costo
económico más alto que una inflación sin control.
Y eso lo sabemos muy bien por
la amarga experiencia que hemos tenido.
Tal vez
recuerde el incremento de los precios de tres dígitos que se experimentó en la
década de los ochenta y la espiral inflacionaria que se desató en esos años.
Y uno de los
logros que se pueden presumir en los últimos años es que gracias a la política
monetaria orientada a la estabilidad de precios que empezó a ejecutar el Banco de México (Banxico) a partir
de su autonomía en 1994, los dolores de cabeza en materia de precios no son tan
intensos como en años anteriores.
El trabajo
en el combate de la inflación no ha sido nada fácil.
Pero a partir del establecimiento en 2001 de metas de inflación el camino fue menos complicado. (Gráfica No.1)
Pero a partir del establecimiento en 2001 de metas de inflación el camino fue menos complicado. (Gráfica No.1)
Resultado de
esa estrategia en 2003 el Banco de México decidió adoptar una tasa de interés
de referencia y un objetivo de inflación de 3% con un intervalo de variabilidad
de +/- un punto porcentual.
Lo que hay
que entender es que ese rango de +/- un punto porcentual no es una meta, porque
el objetivo que persigue el instituto central y que hasta el momento no se ha
conseguido es 3 por ciento.
Nadie puede
negar los avances por la estabilidad de precios en los últimos años.
Por ejemplo, la reducción en el nivel, volatilidad y persistencia de la inflación es una muestra de la que batalla se está ganando.
Por ejemplo, la reducción en el nivel, volatilidad y persistencia de la inflación es una muestra de la que batalla se está ganando.
Seguimos
experimentando alzas en los precios, pero ya son tan fuertes como en años
pasados.
Tampoco
hemos visto una espiral inflacionaria como en décadas anteriores, donde a cada
aumento en la tasa de inflación correspondía un cambio en automático en bienes
y salarios.
También la
evolución de las expectativas de los agentes económicos sobre el incremento de
los precios es otra muestra de que se va por buen camino.
Gran parte
en el proceso de convergencia de precios a la meta de inflación es a la
credibilidad y también estrategia de comunicación del Banco de México.
A diferencia
de otros años, donde el banco central tenía poca participación pública, hoy
existe una mayor información del trabajo que realiza la autoridad monetaria.
Ejemplo son
los informes trimestrales de inflación que nos hablan del comportamiento de los
precios y expectativas.
Otro efecto
positivo son los anuncios de decisión monetaria bajo un calendario programado que
nos dicen la postura de Banxico, así como minutas sobre las reuniones, en las
cuales se detallan los datos económicos en la que se sustenta y más importante
la voz de cada uno de los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico.
Se dice que
lo importante no es llegar a la meta, sino que el verdadero desafío es
mantenerse.
Y hoy el
Banco de México tiene que seguir su camino en busca de la estabilidad de
precios, condición necesaria más no suficiente, para detonar el crecimiento de la economía
mexicana.
Pero lo más
importante es que la credibilidad que se ha ganado no se pierda. Un activo que
los políticos difícilmente pueden presumir y más aún en estos momentos
complicados.
Agustín
Carstens, gobernador del Banco de México lo sabe y por esa razón puede estar
satisfecho más no debe ser complaciente con el comportamiento de los precios en
los últimos meses.
Nuestro doctor
se ha equivocado en decirnos que la crisis en Estados Unidos representaba sólo
un “catarrito” para la economía mexicana, cuando hoy experimentamos que su
diagnóstico fue equivocado.
Y por eso hace tiempo tuvo que hacer está declaración a la prensa: “Ya no voy a hablar en términos médicos, soy un
doctor en economía, no en medicina”.
Eso no dejo
que Carstens siguiera hablando en metáforas para luego advertirnos recientemente
que se está gestando una “tormenta perfecta” como referencia a la posible
salida de capitales extranjeros de los mercados emergentes por el retiro de los
estímulos monetarios por parte del Banco de la Reserva Federal (Fed, por sus
siglas en inglés).
La “tormenta
perfecta” puede venir, es más, existen señales de que los flujos de capital están
ajustando sus carteras en activos.
El momento
que todos esperan para liquidar posiciones con mayor fuerza depende de lo que
diga Ben Bernanke, presidente de la Fed.
Lo que sí, Carstens
puede decir ahora; es que su pronóstico sobre el comportamiento de los precios
se cumplió.
Nos había
dicho que los choques de oferta que se registraron en meses anteriores
correspondían a un efecto transitorio y que una vez asimilado el rumbo de los
precios empezaría a converger con la meta del 3 por ciento.
Con los
datos de los precios a la primera quincena del mes de julio que registran una
tasa de inflación de 3.53% anual general y del lado de la inflación subyacente, aquella
que observa con mayor atención Banxico y excluye los precios volátiles de los
precios de los alimentos y energía, el crecimiento de los precios se ubica en 2.57% anual en la primera mitad del séptimo
mes del año.
Ahora
podemos observar que esas palabras tenían razón y también el comportamiento de
los precios se explica por la importante desaceleración de la economía mexicana
en el segundo trimestre del año.
Sabemos que
el principal enemigo para que Banxico cumpla su meta de inflación de 3% son los
precios de los energéticos, las tarifas del sector público y la volatilidad en
los precios agropecuarios.
Y además de
luchar cada año con las tarifas del gobierno, el reto que se le viene a Banxico tiene que
ver con los efectos que traerá implícita la reforma fiscal que se aproxima.
Para nadie
es un secreto que la administración del presidente Enrique Peña Nieto tiene en
su mesa la aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para alimentos y
medicinas.
Según
algunos especialistas, la reforma fiscal será dolorosa, pero necesaria.
A nadie le
gusta pagar más impuestos y menos cuando los tres niveles de gobierno por más
que lo oculten hacen mal uso de los recursos públicos.
Ahora mismo,
el debate está entorno a la próxima propuesta energética del gobierno federal y
todavía no se escucha hablar con intensidad del tema fiscal.
Pero no
tardará mucho en aparecer en escena. Seguramente los próximos días comenzará a
detallarse lo que vendrá, conforme se acerque el primer informe de gobierno y
el periodo de sesiones del Congreso en el mes de septiembre.
El banco
central podría enfrentar un difícil panorama en 2014, sí la reforma fiscal se
aprueba con el detalle de IVA a los alimentos y medicinas, así como una recuperación
de la actividad económica interna y un incierto entorno externo.
Carstens y
demás integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico lo saben. Y por eso en el
contenido de las minutas de su última reunión se dicen estar listos para ese
escenario que se les viene.
Hay que
recordar que lo difícil no es llegar a la meta, sino mantenerse en la búsqueda
de lograr ese objetivo.
La
credibilidad que tanto trabajo le ha costado ganarse a la autoridad monetaria tendrá pronto un nuevo desafío por delante, mucho dependerá de la iniciativa reforma fiscal, lo que algunos llaman la madre de todas las reformas.
E-Mail:omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: cancino_omar