lunes, 29 de julio de 2013

El aviso de Banxico

No hay costo económico más alto que una inflación sin control. 

Y eso lo sabemos muy bien por la amarga experiencia que hemos tenido.

Tal vez recuerde el incremento de los precios de tres dígitos que se experimentó en la década de los ochenta y la espiral inflacionaria que se desató en esos años.

Y uno de los logros que se pueden presumir en los últimos años es que gracias a la política monetaria orientada a la estabilidad de precios que empezó a ejecutar el Banco de México (Banxico) a partir de su autonomía en 1994, los dolores de cabeza en materia de precios no son tan intensos como en años anteriores.

El trabajo en el combate de la inflación no ha sido nada fácil. 

Pero a partir del establecimiento en 2001 de metas de inflación el camino fue menos complicado. (Gráfica No.1)


Resultado de esa estrategia en 2003 el Banco de México decidió adoptar una tasa de interés de referencia y un objetivo de inflación de 3% con un intervalo de variabilidad de +/- un punto porcentual.

Lo que hay que entender es que ese rango de +/- un punto porcentual no es una meta, porque el objetivo que persigue el instituto central y que hasta el momento no se ha conseguido es 3 por ciento. 

Nadie puede negar los avances por la estabilidad de precios en los últimos años. 

Por ejemplo, la reducción en el nivel, volatilidad y persistencia de la inflación es una muestra de la que batalla se está ganando.

Seguimos experimentando alzas en los precios, pero ya son tan fuertes como en años pasados.

Tampoco hemos visto una espiral inflacionaria como en décadas anteriores, donde a cada aumento en la tasa de inflación correspondía un cambio en automático en bienes y salarios.

También la evolución de las expectativas de los agentes económicos sobre el incremento de los precios es otra muestra de que se va por buen camino.

Gran parte en el proceso de convergencia de precios a la meta de inflación es a la credibilidad y también estrategia de comunicación del Banco de México.  

A diferencia de otros años, donde el banco central tenía poca participación pública, hoy existe una mayor información del trabajo que realiza la autoridad monetaria.

Ejemplo son los informes trimestrales de inflación que nos hablan del comportamiento de los precios y expectativas.

Otro efecto positivo son los anuncios de decisión monetaria bajo un calendario programado que nos dicen la postura de Banxico, así como minutas sobre las reuniones, en las cuales se detallan los datos económicos en la que se sustenta y más importante la voz de cada uno de los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico.

Se dice que lo importante no es llegar a la meta, sino que el verdadero desafío es mantenerse.

Y hoy el Banco de México tiene que seguir su camino en busca de la estabilidad de precios, condición necesaria más no suficiente, para detonar el crecimiento de la economía mexicana.

Pero lo más importante es que la credibilidad que se ha ganado no se pierda. Un activo que los políticos difícilmente pueden presumir y más aún en estos momentos complicados.

Agustín Carstens, gobernador del Banco de México lo sabe y por esa razón puede estar satisfecho más no debe ser complaciente con el comportamiento de los precios en los últimos meses.

Nuestro doctor se ha equivocado en decirnos que la crisis en Estados Unidos representaba sólo un “catarrito” para la economía mexicana, cuando hoy experimentamos que su diagnóstico fue equivocado.

Y por eso hace tiempo tuvo que hacer está declaración a la prensa: “Ya no voy a hablar en términos médicos, soy un doctor en economía, no en medicina”.

Eso no dejo que Carstens siguiera hablando en metáforas para luego advertirnos recientemente que se está gestando una “tormenta perfecta” como referencia a la posible salida de capitales extranjeros de los mercados emergentes por el retiro de los estímulos monetarios por parte del Banco de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés).

La “tormenta perfecta” puede venir, es más, existen señales de que los flujos de capital están ajustando sus carteras en activos.

El momento que todos esperan para liquidar posiciones con mayor fuerza depende de lo que diga Ben Bernanke, presidente de la Fed.

Lo que sí, Carstens puede decir ahora; es que su pronóstico sobre el comportamiento de los precios se cumplió.

Nos había dicho que los choques de oferta que se registraron en meses anteriores correspondían a un efecto transitorio y que una vez asimilado el rumbo de los precios empezaría a converger con la meta del 3 por ciento.

Con los datos de los precios a la primera quincena del mes de julio que registran una tasa de inflación de 3.53% anual general y del lado de la inflación subyacente, aquella que observa con mayor atención Banxico y excluye los precios volátiles de los precios de los alimentos y energía, el crecimiento de los precios se ubica en 2.57% anual en la primera mitad del séptimo mes del año.

Ahora podemos observar que esas palabras tenían razón y también el comportamiento de los precios se explica por la importante desaceleración de la economía mexicana en el segundo trimestre del año.

Sabemos que el principal enemigo para que Banxico cumpla su meta de inflación de 3% son los precios de los energéticos, las tarifas del sector público y la volatilidad en los precios agropecuarios.

Y además de luchar cada año con las tarifas del gobierno,  el reto que se le viene a Banxico tiene que ver con los efectos que traerá implícita la reforma fiscal que se aproxima.

Para nadie es un secreto que la administración del presidente Enrique Peña Nieto tiene en su mesa la aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para alimentos y medicinas.

Según algunos especialistas, la reforma fiscal será dolorosa, pero necesaria.

A nadie le gusta pagar más impuestos y menos cuando los tres niveles de gobierno por más que lo oculten hacen mal uso de los recursos públicos.

Ahora mismo, el debate está entorno a la próxima propuesta energética del gobierno federal y todavía no se escucha hablar con intensidad del tema fiscal.

Pero no tardará mucho en aparecer en escena. Seguramente los próximos días comenzará a detallarse lo que vendrá, conforme se acerque el primer informe de gobierno y el periodo de sesiones del Congreso en el mes de septiembre.

El banco central podría enfrentar un difícil panorama en 2014, sí la reforma fiscal se aprueba con el detalle de IVA a los alimentos y medicinas, así como una recuperación de la actividad económica interna y un incierto entorno externo.

Carstens y demás integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico lo saben. Y por eso en el contenido de las minutas de su última reunión se dicen estar listos para ese escenario que se les viene.  

Hay que recordar que lo difícil no es llegar a la meta, sino mantenerse en la búsqueda de lograr ese objetivo.

La credibilidad que tanto trabajo le ha costado ganarse a la autoridad monetaria tendrá pronto un nuevo desafío por delante, mucho dependerá de la iniciativa reforma fiscal, lo que algunos llaman la madre de todas las reformas.  

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lunes, 22 de julio de 2013

Mensajes sin efecto

Barack Obama, presidente de Estados Unidos, Mariano Rajoy en España, y Dilma Rouseff en Brasil, saben que necesitan buenos números.

Resultados son los que se les exige a todos los políticos en este momento.

Y la administración del presidente Enrique Peña Nieto sabe que las voces de insatisfacción por el bajo desempeño de la economía son cada vez mayores

A nadie convencen los discursos de optimismo que se escuchan por parte del que ocupa hoy la residencia de Los Pinos.

Dicen que los gobiernos no necesitan satisfacer a la opinión pública, pero lo que sí deben hacer es entender el mensaje que envían.


El mejor punto de vista por supuesto lo tiene usted. Pero le comparto la encuesta de opinión divulgada hace unos días por el Grupo de Economistas y Asociados (GEA-ISA) que revela una caída de 10 puntos porcentuales en la aprobación de la gestión presidencial. (Gráfica No.1)

















En marzo, el 55% de los encuestados aplaudían el trabajo de Peña Nieto como presidente, mientras que en junio el sondeo revela que sólo un 45% de los entrevistados aprueba la labor del inquilino de Los Pinos.

Y aunque también la encuesta de GEA-ISA confirma que ese optimismo con la que se inició ha perdido velocidad en los meses recientes, los encuestados todavía le dan el beneficio de la duda a la gestión de Enrique Peña Nieto, puesto que el 52% dice estar optimista en lo meses por venir. Cifra que pongo en la duda porque lo que se escucha son reclamos y descontento.   

Lo que sigue sobre la mesa son los pendientes que tiene esta administración, los cuales no son muy diferentes a los que tenía Felipe Calderón en su sexenio. (Gráfica No.2)

















Ahí están las principales demandas de la población que continúan sin ser tener respuesta. Así que el mensaje presidencial de septiembre próximo tendrá que explicar la ruta a seguir y presentar resultados. 

Y tampoco gozan de buena credibilidad las promesas de su equipo económico de que el próximo año la actividad económica tendrá un mejor comportamiento.  

Bajos niveles de crecimiento, desempleo, menores exportaciones, caída en las remesas de los trabajadores en Estados Unidos, falta de dinamismo en el gasto público es lo que predomina.

El escenario se complica cada vez más. La realidad económica, aquella en donde los hogares pueden hablar con la mejor visión, vence todo pronóstico optimista.

Se puede culpar a la economía estadounidense de este complicado momento, pero también los factores internos tienen parte de responsabilidad.

Mucho se habla del menor gasto del gobierno. Unos dicen que es el efecto del cambio de gobierno lo que afecta la ejecución del dinero público, otros comentan que es reflejo de lo costoso que resulta tener una alta burocracia.

Cualquiera que este sea, el subejercicio del gasto público en el primer semestre del año ya tuvo sus consecuencias.     

Así que un factor que pudo hacer menos difícil el camino para la economía en los primeros meses no se aprovechó y aunque ahora Hacienda dice que el gasto se regularizó en el mes de junio.

Y es que el gasto de capital, aquel que se utiliza para construir la infraestructura necesaria y detonante de un mayor número de empleos, es el que se necesita para reactivar con más fuerza a la economía.

Tan solo al mes de mayo, el gasto de inversión acumula una baja anual de 5.1% en términos reales.

A finales de este mes, Hacienda publicará el Informe Trimestral de Finanzas Públicas. Sin duda, serán datos muy valiosos para observar el dinamismo en los ingresos y gastos, pero también tendremos otra señal del rumbo de la economía.

Lo que más preocupa es que los hogares observan a un presidente que no cumple con las expectativas y cada día el descontento aumenta, una señal que debe ser vigilada.

Y más cuando la reciente Encuesta Ingreso-Gasto de los Hogares a 2012 que publicó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) muestra que el ingreso corriente monetario trimestral de los hogares registró una pérdida de 12.8% durante el sexenio de Felipe Calderón.

La pérdida y desigualdad en el ingreso es otro pendiente más a la larga lista que tiene Enrique Peña Nieto por delante en todo su sexenio.

Difícilmente sin crecimiento económico se podrán cumplir lo que se exige. Cierto, las reformas estructurales están colocando las bases para que el camino sea menos complicado.

Pero el equipo económico de la administración debe enviar señales más contundentes para fortalecer las fuentes internas de actividad económica.

La cifra de 4 billones de pesos que se tiene pensado gastar en desarrollo de infraestructura en este sexenio es otro mensaje para detonar el optimismo.

Bien sabemos que el gasto de capital es la principal herramienta para apoyar el mercado interno.

Ojalá no sea presa de la alta burocracia que se padece en el sector público. Y para una muestra de lo que comento hay que observar el problema que recientemente tuvo la Secretaría de Educación Pública (SEP) en una licitación de computadoras personales, ahora piense cuando se trata de proyectos con altos recursos.

Bernanke lo deja más claro

Si alguien duda de la influencia que tiene Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal en los mercados debería pensarlo dos veces. (Gráfica No.3)

















El anuncio que entregó en junio pasado la Reserva Federal sobre sus planes para iniciar el retiro de los estímulos monetarios tenía que ser asimilado por los portafolios de inversión.

Y por eso Ben Bernanke, jefe del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos aprovecho su comparecencia frente al Congreso para enviar otra dosis y dejar claro que no hay fechas para la disminución en el programa de compra de activos.

A decir del presidente de la Fed, si bien existen datos positivos en la economía estadounidense, todavía necesita de apoyo monetario y el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) evaluará en todo momento la información económica disponible para su toma de decisiones.

Bajas tasas de interés y la flexibilización monetaria continuarán. Pero el mundo y los flujos de capital deben saber que no todo es para siempre.

Tarde o temprano la Fed tendrá que dejar de pisar el acelerador. Ben Bernanke lo sabe. Y por eso desea que su mensaje sea entendido.

La Reserva Federal promete actuar de manera gradual en la búsqueda de no afectar el comportamiento de los mercados y la recuperación económica.

Claro, ese es el panorama positivo. Si las cosas no salen tal como se piensa, la Fed se tomará más tiempo para emprender la estrategia de salida. 
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lunes, 15 de julio de 2013

Jaqueca económica

Las señales de pesimismo no desaparecen. Continúan siendo la constante y parece que lo van ser en los meses por venir.

No hay duda de que la incertidumbre sobre la desaceleración de la economía mundial tiene bajo amenaza a los pronósticos de crecimiento.

Hasta el más optimista tiene que aceptar el difícil momento económico que se vive. 

Eso ha provocado que las firmas bancarias, organismos internacionales y gobiernos de todo el mundo borren más de una vez sus proyecciones. No sólo para este año, también para el que viene.

Nadie sabe al momento, hasta cuándo se alcanzará el punto de inflexión que refleje una recuperación sostenida en los niveles de empleo y producción.

Y conforme pasan los meses, los indicadores continúan enviando señales contradictorias sobre el rumbo económico.

Unos datos optimistas que alimentan la esperanza de una pronta salida de la etapa de desaceleración, otros pesimistas que dejan observar todavía un largo camino por recorrer.

Desde principios del año, los analistas luchan entre esas dos visiones para establecer sus estimaciones.

Pero cada vez más, el comportamiento negativo de los datos hace que los pronósticos sean revisados constantemente a la baja de lo que inicialmente se establecieron.

Y quién recientemente se une a la lista de revisión de pronósticos es el Fondo Monetario Internacional (FMI), institución que se encuentra bajo la polémica por la medicina amarga que ha recetado a los países de la zona del Euro y que muchos culpan de causar la desaceleración mundial.

Los retos siguen sobre la mesa. Ese es el mensaje que lanza el FMI en su actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial.

Ahora el FMI anticipa que la actividad económica mundial presentará un crecimiento de 3.1%, en vez del 3.3% pronosticado en abril de este año.

Según el FMI, la corrección en la estimación es por el debilitamiento de las economías emergentes, quienes anteriormente eran las que sostenían la recuperación.

La tarea que exige el organismo internacional para las economías es diferente, pero tiene una sola meta: fortalecer el crecimiento económico.  

A las economías avanzadas se les pide mantener bajas las tasas de interés y tener responsabilidad fiscal, mientras que a las economías emergentes les solicita estar atentos a los eventos del posible retiro del estímulo monetario de la Reserva Federal.

No sólo para 2013 hay malas noticias, sino también para el próximo año. El FMI estima que la economía mexicana registre un crecimiento de 2.9%, en vez del 3.4% que había estimado.  De un avance de 3.4% para 2014, ahora se proyecta un incremento de 3.2 por ciento. (Gráfica No.1)


Se dice que el segundo semestre será mejor. Hoy lo que los datos nos empiezan a decir que en el segundo trimestre la debilidad de la economía mexicana fue mayor de lo que inicialmente se pensó.

Por ejemplo, en abril, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), un indicador mensual construido con información preliminar y que registra la tendencia de corto plazo de la economía, presentó un avance de 4.55% a tasa anual, menor al 4.92% observada hace un año durante el mismo mes.

Pero en el análisis de la información se utilizan diversas medidas para observar el desempeño de la variable.

Una de ellas es la serie ajustada por calendario,  donde se eliminan todos los efectos causados por la Semana Santa. Así el IGAE en el cuarto mes del año registró un avance de 0.42%, muy por debajo del 5.33% que se alcanzó en 2012, lo que habla del tamaño de la desaceleración.

Y sí se utilizan los datos desestacionalizados, aquellos que dejan observar el desempeño de la variable respecto al mes inmediato anterior, se observa que el IGAE presento una disminución de 0.77% respecto a marzo.

También el sector industrial sigue enviando señales de extrema debilidad. En mayo, la producción industrial avanzó 0.5% a tasa anual, cifra menor al 3.9% que se alcanzó hace un año.

Gran parte de ese menor desempeño en la actividad industrial obedece al bajo dinamismo en la producción manufacturera y a la actividad en la construcción, dos componentes muy importantes de los cuatro que la integran.

Principalmente la fragilidad en la economía estadounidense han provocado un crecimiento de 0.6% en las manufacturas en los primeros cinco meses del año, mientras que el subejercicio en el gasto del gobierno y las menores perspectivas de crecimiento interno hacen que la inversión en construcción presente una baja de 1.7 por ciento.

Así que la actividad industrial continúa débil y con mucho mayor interés se esperan el dato sobre la evolución del IGAE al mes de mayo que publicará el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) el próximo 25 de julio.

Sí la cifra continua reflejando esa tendencia, entonces se confirmará que cuando el instituto de estadísticas anuncie a mitad del mes de agosto los datos del PIB al segundo trimestre no habrá buenos resultados. 

Ya en mayo pasado Hacienda tuvo que reducir su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2013 de un 3.5% que nadie aceptaba como algo realista a principios del año a un 3.1% que tampoco a estas alturas se observa como un objetivo alcanzable.

Pero no hay que sorprenderse porque sabemos que Hacienda y el gobierno federal son los últimos en aceptar la realidad económica.

Así que es muy probable que una vez conocidos todos los indicadores económicos del segundo trimestre, Luis Videgaray, secretario de Hacienda tenga que aceptarlo y ajuste por segunda ocasión su meta de crecimiento.

Ya el Banco de México en su más reciente anuncio de política monetaria deja claro que la desaceleración de la economía fue más profunda en el segundo trimestre explicado por el comportamiento de las exportaciones y el gasto interno.

También el instituto central lanza la advertencia de que el segundo semestre no puede ser tan positivo como algunos piensan.

Pese a eso, Banxico no ha modificado su estimado de pronóstico de crecimiento para la economía mexicana, el cual se mantiene entre un rango que va del 3 al 4 por ciento.

Se espera que el banco central modifique esta proyección en su segundo Informe Trimestral de Inflación que publicará el próximo 7 de agosto.

Según Agustín Carstens, gobernador de la Junta de Gobierno de Banxico durante la presentación del primer informe de inflación decía que dada la gran incertidumbre que prevalecía en ese momento y como todavía no tenía toda la información suficiente, el banco central no podía realizar una revisión a sus pronósticos. 

Después de seis meses y con bastantes datos sobre la mesa, el banco central reconoce que la debilidad de la economía mexicana es más fuerte de lo que se pensaba.

Hacienda lo hizo y dado el actual escenario puede que necesite hacer otra reducción en su pronóstico de crecimiento, los analistas de diversas instituciones también lo han hecho, ahora sólo falta Banxico. Pero la pregunta será: ¿Qué tan pesimista será Banco de México?
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lunes, 8 de julio de 2013

Dosis de optimismo

Recuperar el terreno perdido no es nada fácil. Mucho menos en un momento tan competido como el de hoy.

Todo país busca atraer el capital extranjero de largo plazo porque complementa los recursos internos para generar crecimiento y empleo.

Y en este año, la cuenta financiera de la balanza de pagos de México, aquella donde se observan las transacciones con el exterior de manera monetaria, puede empezar a presentar otro comportamiento.

Gracias a la expansión monetaria de los bancos centrales en el mundo y a las bajas tasas de interés, los activos nacionales son de los preferidos por los portafolios de inversión por su atractivo rendimiento que ofrece el papel gubernamental y no del destino de recursos externos con fines productivos.

Pero esa tendencia está cambiando y puede consolidarse en los siguientes meses con el posible inicio en septiembre del retiro del estímulo monetario por parte del Banco de la Reserva Federal.

La inversión de portafolio es positiva, pero la inversión productiva es mucho mejor.

Las tasas de interés en los valores del Tesoro de Estados Unidos registran incrementos, señal que incorpora esperanzas de reactivación económica y el retiro a paso lento de las acciones del banco central estadounidense.

Ya con el simple anuncio por parte de la Fed, los capitales extranjeros han comenzado el ajuste de sus carteras. Lo que algunos llaman “fly to quality”.

Según el último reporte del Banco de México al día 25 de junio, la tenencia de valores  gubernamentales de residentes en el extranjero a valor nominal  se ubica en 1 billón 684, 782 millones de pesos, lo que representó una  registró una disminución de 4.3% respecto a lo que tenían los extranjeros hace un mes.

Principalmente los capitales extranjeros tienen en su poder Bonos del Gobierno Federal a tasa fija y Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes), los cuales estos últimos están siendo más solicitados.

Las economías emergentes serán las que más resientan el ajuste gradual en el rumbo de la política de la Fed. Lo han dicho diversos organismos internacionales.


La inseguridad, los desacuerdos políticos y la desaceleración económica mundial provocaron que los flujos de capital productivo miraran hacia otro lado en 2012. (Gráfica No.1)

















Con el ingreso de 12,659 millones de dólares en 2012, México se ubicó en la posición 23 entre los mayores receptores de Inversión Extranjera Directa (IED).

Del total de esa cifra, 23.1% correspondieron a nuevas inversiones, 41.7% a cuentas entre compañías y 35.2% a reinversión de utilidades.

El reporte de la Organización de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNTACD) menciona que la economía mexicana retrocedió seis lugares y registró su segundo peor desempeño desde 1990.

No todo son malas noticias. Pese a que México no tuvo un buen desempeño en 2012, esta misma institución en su estudio coloca al país entre los destinos más atractivos para la inversión extranjera.

China, Estados Unidos, India, Indonesia, Brasil y Alemania superan a la economía mexicana.

Esa perspectiva favorable es compartida por la consultoría A.T. Kearney, una de las firmas más reconocidas en el mundo de los negocios.

Según en el Estudio anual del Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa (IED) 2013, que elabora esta empresa mediante una encuesta entre directivos de 305 empresas globales, revela que los hombres de negocio observan con optimismo a la economía mexicana.

Así lo dicen sus datos, donde México ocupó el noveno destino más atractivo para la inversión extranjera, luego de que en 2012 ni siquiera apareciera en el mapa. (Gráfica 2)

















Según la Secretaría de Economía, México registraría en 2013 llegadas de capital por un monto de 40,000 millones de dólares.

Esos recursos  se explicarían en parte por la venta de la cervecería Modelo a la empresa belga Anheuser-Busch InBev y de Comex a la firma estadounidense Sherwin-Williams.

También recientemente el gobierno federal realizó anuncios de inversión por parte de diferentes empresas como Honda, Audi, Volkswagen, L´oreal, Nestlé y Ferrero.

La encuesta de expectativas de Banxico revela que los analistas del sector privado anticipan un ingreso de Inversión Extranjera Directa (IED) por un  monto de 25,460 millones de dólares.

Tal vez ese pronóstico tiene que ser revisado e incorporar los anuncios recientes. En el reporte de la Balanza de Pagos del primer trimestre de 2013, la IED alcanzó la cifra de 4,988 millones de dólares, lo que representó la cifra más alta para un primer lapso desde 2007.

Los anuncios son bienvenidos y seguramente en los datos del segundo trimestre habrá buenas cifras, lo que permitirá que la economía mexicana no resienta los efectos del ajuste global de capitales que se espera con mayor fuerza en los próximos meses.

Hay un optimismo por México. Principalmente beneficiado por las giras presidenciales y la estrategia positiva que fue puesta en marcha a principios del año de la Secretaría de Relaciones Exteriores de hablar bien del país.

Lo cierto es que ojalá y ese comportamiento no cambie su tendencia como lo han hecho en los últimos meses diversos indicadores.

Las apuestas están en que el próximo año, las reformas estructurales y la recuperación de la economía de Estados Unidos impulsen el crecimiento de la actividad productiva.

La presente administración tiene muchos pendientes por resolver. Y uno de ellos es el colocar nuevamente a México en el lugar de preferencia para la inversión extranjera.

El presidente Enrique Peña Nieto sabe que la economía vive un tiempo complicado. Son constantes las revisiones de pronósticos de crecimiento por parte de diversas instituciones.

La última encuesta de Banco de México estima un Producto Interno Bruto (PIB) de 
2.84% para este 2013, siendo la quinta revisión a la baja en lo que va del año.

Tal vez no sea la última corrección porque los datos económicos del segundo trimestre del año continúan diciendo que la desaceleración es todavía más profunda.

También en el sondeo del banco central, los encuestados dicen que el clima de negocios no es el mejor en este momento y el dato que pone sobre la mesa es que a su juicio la economía está peor que hace un año. 

Ya hay señales de un mayor dinamismo del gasto público, un factor que dicen los analistas influyó en gran parte para tener una menor actividad en el primer trimestre del 2012.

El reporte del Índice de Confianza al Consumidor del mes de junio, indicador que es elaborado de manera conjunta por el Instituto de Estadística Geografía (INEGI)  y el Banco de México, muestra hogares sin esperanzas de reactivación económica.

Este índice se ubicó en 93.3 puntos en el sexto mes del año, siendo su menor nivel en 15 meses.

Al interior todos sus componentes indican que su situación actual  es igual o peor como también sus perspectivas para la economía.

Pese a tener ese escenario adverso, la administración dice que hay confianza en el país. Y pone de ejemplo a los anuncios de inversión por parte de empresas extranjeras. 

Sí deseamos que más empresas coloquen sus recursos en nuestro país, las buenas señales deben de continuar.

La economía mexicana tiene los aplausos de las calificadoras de riesgo, hay disposición de cambios estructurales y el voto de confianza de los flujos de capital. Pero los pendientes son todavía muchos.

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lunes, 1 de julio de 2013

Desaliento global

Gritos de inconformidad, desesperanza e indignación son los que se escuchan a lo largo de todo el mundo.

Esas voces son el saldo de la fuerte crisis económica que hacen pensar sobre el actual paradigma económico.

También es una respuesta a los oídos sordos de los hombres y mujeres que dirigen los destinos de las naciones.

Los políticos lanzan constantes mensajes de que pronto regresará el bienestar perdido.

Nadie cree en discursos emotivos sin ver pronto los resultados. Ese es el principal desafío para los gobiernos.

Las protestas en Brasil, la principal economía de América Latina y un integrante importante de los BRIC`S (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son el reflejo de lo que se vive hoy en todos los países.

Lo que ocurre en Brasil no es un caso aislado, sino que es otra prueba del descontento con las estrategias de respuesta a la desaceleración económica.

Justo en la antesala de los dos grandes eventos deportivos en el mundo como el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016, el gobierno de Dilma Rousseff, la mujer que heredo una economía en su mejor momento por parte de Luis Inácio Lula Da Silva, vive tiempos difíciles y complicados.

Mejores servicios de salud, educación, contra la corrupción y políticos son las banderas de protesta.  Sus demandas no son diferentes a lo que se pide en otras regiones.

Menor crecimiento y una mayor inflación es la que anticipa el Banco Central de Brasil. Según la autoridad monetaria estima que el Producto Interno Bruto (PIB) del “gigante del sur” presentará un crecimiento de 2.7% en vez de 3.1% en 2013 y el gobierno brasileño está por anunciar una baja en su proyección económica.

El escenario se complica todavía más porque el banco central anticipa mayor inflación en el presente año.

Pese a la política monetaria restrictiva (aumento de tasas de interés) que ejerce la autoridad monetaria, el incremento de precios no cede y ahora los pronósticos dicen que se espera una tasa de inflación de 6% en el presente año.

Las últimas encuestas de opinión revelan el descontento con el gobierno que preside Dilma Rousseff, lo que sin duda va a ser un gran reto para su administración de cara a los próximos comicios electorales de 2014.

Precisamente ese panorama de insatisfacción hace que el pueblo brasileño en todas las ciudades se organice junto con los sindicatos para alzar su voz de inconformidad.

Lo mismo pasa en Estados Unidos, España, Portugal, Grecia, Francia e Inglaterra. Cada nación vive los impactos de la tardía recuperación económica de distinta manera, pero la constante es esa voz que exige soluciones inmediatas y que parece no ser escuchada.

Las medidas de austeridad fiscal han sido ampliamente rechazadas con toda fuerza en Europa.

Hoy el viejo continente vive una etapa de recesión económica con alto nivel de desempleo. Y donde los jóvenes son los que más están experimentando el difícil momento.

Actualmente en la zona del euro, el desempleo juvenil según el organismo de estadísticas en Europa se ubica en 3.6 millones de personas, lo que deja claro el complicado futuro.

Dice Angela Merkel, la mujer más poderosa en Europa, que las medidas son difíciles pero son necesarias.

Y precisamente ese es el mensaje que molesta e indigna y provoca la salida a  las calles.  

Tal vez por esa razón y espero que así sea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) que ha sido severamente cuestionado por sus recetas dolorosas en Europa, recientemente invitó al Congreso de Estados Unidos y a la administración del presidente Barack Obama a moderar el recorte de gastos para consolidar la recuperación económica.

Según Christine Legarde, directora gerente del FMI, la desaceleración del ajuste fiscal ayudaría a sustentar el crecimiento y la creación de empleo en la primera economía del mundo.

La ola de protestas en el mundo dejan ver que aquellos que viven los estragos de la mala planeación económica tienen el poder para decir: ¡Ya Basta!

¿Y en México?

Si bien en nuestro país no hay esas grandes movilizaciones que actualmente recorren el mundo, existe un ambiente de pesimismo por el rumbo económico.
















Bajo crecimiento, alza de precios, desempleo, inseguridad y escándalos de corrupción han impactado el ánimo de la población.

Esos son los pendientes que enfrenta la administración del Presidente Enrique Peña Nieto en el segundo semestre y que tendrá que resolver en el resto de su sexenio.

Muchos esperaban protestas por los resultados electorales en los comienzos de la nueva administración.

La estrategia de reformas y cambios estructurales con las que se inició provocó un optimismo que fue vencido poco a poco por una economía que vive de manera intensa los desafíos de su vecino del norte.

Los retos son todavía más grandes porque en los siguientes meses podría empezar el retiro del estímulo monetario por parte del Banco de la Reserva Federal (Fed, por su siglas en inglés), un factor que deben cuidar con mucha atención las economías emergentes han comentado diversos organismos internacionales.

Y en el escenario interno están por venir dos reformas estructurales que son de lo más importante.

Todavía el gobierno federal no las presenta, pero la Reforma Energética y Fiscal ya están dando de qué hablar.

Son dos cambios estructurales que han estado sobre el escritorio desde principios de la década.

La economía mexicana necesita de un nuevo pacto fiscal y certidumbre en el uso de sus recursos energéticos.

Y estos dos temas son de lo más sensibles para la población. A nadie le gusta pagar más impuestos y mucho menos en momentos en que gobernadores o funcionarios públicos hacen mal manejo de los recursos.

Varios estudios han dejado claro que cualquier movimiento en las tasas impositivas como un impuesto al valor agregado a alimentos y medicinas será doloroso para las clases más desprotegidas.

Ojalá la reforma fiscal que se está diseñando sea en beneficio del crecimiento, resuelva la problemática que hoy existe en materia tributaria y no se reduzca a un sólo incremento de impuestos.

El debate será muy complicado, lleno de voces de descontento. Aquí se pondrá a prueba la habilidad negociadora del gobierno para convencer a partidos políticos, organismos empresariales y opinión pública.

Tal vez no sea el mejor momento para presentar estas dos reformas. Y lo deben de saber quiénes deciden.

Los niveles de aprobación no tienen buenos números. Cada vez las voces de descontento son más y pocos los resultados.

Y ese ambiente de protestas en el mundo hace pensar que cualquier mala decisión puede ser que México sea el próximo en la lista de movilizaciones sociales.   

Los resultados económicos dicen que la desaceleración siguió su camino en el segundo trimestre del año, el entorno externo y la liquidez puede cambiar en los siguientes meses. El camino sigue incierto y difícil.

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