La festividad de Día de Muertos con todo su color y sabor está próxima a celebrase.
Los mexicanos nos reímos de la muerte, pero también le
tememos a “La Catrina” figura creada por José Guadalupe Posada y bautizada con
ese nombre por el muralista Diego Rivera.
“Nadie sabe la hora, ni el día, sino hay que estar
preparados”. Son palabras llenas de sabiduría que debemos razonar más de una
vez.
Lo que viviremos el 1 y 2 de noviembre son días que nos
invitan a una intensa reflexión sobre el futuro y nuestro presente.
Y justamente la decisión de la Junta de Gobierno del Banco de
México de un nuevo recorte a la Tasa de Interés Interbancaria a un día, la principal
herramienta de política monetaria, persigue también ese objetivo.
Los pronósticos estaban sobre la mesa. Analistas de bancos,
casas de bolsa y fondos de inversión anticipaban un nuevo movimiento, luego de
que Banxico sorprendiera a propios y extraños en septiembre, cuando inesperadamente
bajo 25 puntos base la tasa de referencia.
Hoy la autoridad monetaria no les falló y vuelve a repetir la
dosis para poner su "granito de arena" y contribuir al dinamismo económico.
Así la tasa objetivo pasa de 3.75% a 3.50%, lo que marca un
nuevo mínimo histórico. (Gráfica No.1)
Y tal, como marca la tradición mexicana de Día de Muertos, podemos
expresar que Banxico otorgó su “calaverita” a los portafolios de inversión y fue
más allá porque también adelantó su regalo de Navidad.
Aquí le comparto la parte más interesante del comunicado: “La Junta estima que su postura monetaria es congruente con
la convergencia eficiente de la inflación a la meta de 3%, pero considera que
no serán recomendables reducciones adicionales al objetivo para la tasa de
interés de referencia en el futuro previsible”
No es mandato del Banco de México preocuparse por el
crecimiento.
Distintas voces lo han dicho y la administración Peña Nieto
en el 20 aniversario de la autonomía de Banxico lo confirmo.
Pero eso no impide que los integrantes de la Junta de
Gobierno pongan sobre su escritorio el panorama actual que vive la economía
mexicana.
Según los miembros de Banxico, algunos indicadores sugieren
que la economía comenzó a mostrar una incipiente recuperación en el tercer
trimestre.
La evolución del Indicador de Actividad Económica Global
(IGAE) del mes de agosto observó señales positivas.
Lo cierto es que todavía hay signos de debilidad. El IGAE
creció en el octavo mes del año a una tasa anual 0.8%, cifra inferior si la
comparamos contra el 3.3% que reportó el año pasado.
Si utilizamos las cifras ajustadas por estacionalidad,
aquellas que dejan observar mejor el comportamiento de la variable, el IGAE
avanzó 0.22% respecto al mes de julio y acumula cuatro meses con crecimiento
positivo.
Pese a esas señales de mejoría, los riesgos a la baja se
mantienen en el escenario.
Por el lado del crecimiento las malas noticias continúan y
los datos económicos del mes de septiembre serán muy importantes.
Respecto al comportamiento de los precios, tarea que si le
corresponde al banco central, el panorama tiene el otro lado de la moneda.
Se dice optimista por la actual tendencia de los precios en
la economía. Y deja claro que en lo que falta de 2013 y para 2014 no habrá
presiones inflacionarias por el lado de demanda.
Sobre los cambios impositivos menciona que el impacto sea moderado
y transitorio sin causar efectos de segundo orden. Pero advierte que se
mantendrá vigilante de la evolución y efectos de la política fiscal.
Si bien los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico
dicen que hay señales positivas, los riesgos existen sobre el rumbo de la tasa
de inflación.
Lo que sí nos vuelve a decir los responsables de la política
monetaria es que anticipan un panorama de baja inflación y crecimiento mundial.
El fantasma de la deflación, el movimiento de los precios a
la baja provocado por la disminución de la demanda y por una menor actividad
productiva, aquel que provocó fuertes sustos a la economía del vecino del norte
se sigue paseándose en toda la economía global.
Los mercados recibieron su “calaverita” y regalo de Navidad. Será interesante leer las minutas de la reunión que serán publicadas el próximo 8 de noviembre.
Don Agustín Carstens y demás integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico dicen que es tiempo oportuno para reflexión sobre el presente y futuro porque el camino es todavía incierto.
Don Agustín Carstens y demás integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico dicen que es tiempo oportuno para reflexión sobre el presente y futuro porque el camino es todavía incierto.
Se nos va el 2013.
La hora de Mr. Bernanke
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal sabe que tiene
que dejar la “casa” en orden.
Y no sólo, Bernanke lo desea, también Janet Yellen, actual
vicepresidente del banco central y elegida por la Casa Blanca para ocupar la
presidencia de la Reserva Federal comparte ese objetivo.
La decisión del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC,
por sus siglas en inglés) de septiembre dejó un mal sabor de boca a los
portafolios de inversión.
Se hablaba que la Fed iniciaría en ese mes el retiro de los
estímulos monetarios que hasta ahora han sostenido a la mayor economía del
mundo.
Decían estar listos para reducir de manera gradual su
programa de compra activos que cada mes destina un monto de 85,000 millones de
dólares para adquirir bonos del tesoro e hipotecarios.
Las señales de mejoría en algunos indicadores económicos
durante los últimos meses eran la principal razón para comenzar a quitar de
manera ordenada los “alfileres”.
Pero no fue esa su decisión. Bernanke y los demás miembros
del FOMC optaron por esperar más evidencia sobre la salud de la economía de
Estados Unidos.
Y no sólo ese factor fue determinante, ahora sabemos que el
banco central observaba que la discusión sobre el presupuesto y el límite de
deuda llevarían a episodios de volatilidad de corto plazo.
Tras dieciséis días de desacuerdos entre la administración
Obama y el Congreso, la solución llegó y el fantasma de un default desapareció
de momento.
Lo malo, es que no tardará en regresar y ser factor de
presión en los mercados.
El acuerdo fiscal sólo garantiza la operación del gobierno de
Estados Unidos hasta el 15 de enero de 2014 y su capacidad de endeudamiento al
17 de febrero del próximo año.
Así que sólo hay una pausa en el tema fiscal. Los desacuerdos
entre Republicanos y Demócratas por una solución a largo plazo, condición
necesaria para consolidar el crecimiento, está en duda.
Si algo está dañando la credibilidad de la Reserva Federal es
errónea política de comunicación.
Ojalá Bernanke y Yellen se preocupen en esta reunión por
hablar con la más claridad posible el rumbo que tomará su programa de compra de
activos.
¿Quién quietará los “alfileres” a la economía de Estados
Unidos? ¿Será Bernanke o Yellen?
Y la pregunta que todos nos hacemos: ¿Qué efectos provocará
en el mercado?
Twitter: @cancino_omar