No pretendo explicar porque nos pasa lo que nos pasa.
Confieso que soy uno más que tiene un nudo en
la garganta.
Explicaciones
habrá muchas. Usted mismo tendrá la suya.
Ya para
cuando lea estas palabras habrá escuchado o leído muchos análisis de lo
ocurrido en Brasil.
La herida
ésta abierta, pero también deja una valiosa lección que debemos aprender.
Y usted me
dirá: una más. Pues sí, una más.
No sólo para
los hombres que dignamente representaron al país en la Copa Mundial de Fútbol
de FIFA 2014, sino para todos los mexicanos.
Los rostros
de impotencia, coraje y el llanto de ellos también son los de nosotros.
Podemos culpar al arbitraje, pero sería lo de
menos.
La Selección
Mexicana tuvo la gloria en sus manos. Jugó como se tiene que hacer en un
mundial de fútbol.
Pero, lamentablemente,
en esos malditos últimos cinco minutos, el rival le quito lo que había ganado hasta el
momento.
Y, entonces,
¿Qué paso?
Pues que se
dejó de hacer lo más importante en ese momento trascendente.
Es un trago
bastante amargo el que se vive.
Me quedo con
el valor que demostraron los jugadores mexicanos. Esa actitud debe de servir a
nuestros jóvenes como ejemplo.
Como también
es un llamado de atención a los que tienen bajo su responsabilidad los destinos
del país.
Hoy México
tiene la mirada de los portafolios de inversión.
Las
calificadoras de riesgo soberano tienen a la deuda mexicana con una nota de
grado de inversión, algo que difícilmente podríamos presumir hace algún tiempo.
Los
organismos internacionales aplauden la agenda de cambios estructurales que vende
con euforia la administración del presidente Enrique Peña Nieto y su equipo
económico.
Chrisitine
Lagarde, directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), dice estar
sorprendida con lo que sucede en México.
No hay duda
de que la economía mexicana necesita de esos cambios que detonen el crecimiento
económico esperado.
Es bueno
fijarse metas ambiciosas. A nuestro secretario de Hacienda, Luis Videgaray, le
gusta hablar con muchas ganas de ese futuro que dicen nos pertenece.
Insistimos,
una vez más: los cambios no suceden de la noche a la mañana.
La agenda de
reformas estructurales esta puesta en marcha, pero no habrá resultados en el
corto plazo.
El mundo
aplaude lo hecho en México.
Lo que
ocurrió en Brasil debe hacernos reflexionar porque en este momento la
implementación de los cambios estructurales es lo más importante.
Comienza el
segundo semestre del año.
Empiezan a surgir señales incipientes que anticipan una recuperación de la actividad productiva.
Empiezan a surgir señales incipientes que anticipan una recuperación de la actividad productiva.
¿La economía
finalmente habrá tocado fondo?
Todavía es
muy temprano para cantar victoria. Por sentir que el partido se tenía en la “bolsa” se dejo de luchar y recuerde lo que paso en Brasil.
La
administración del presidente Enrique Peña Nieto hizo los cambios, falta ver si
esas modificaciones funcionan.
Las leyes
secundarias de la Reforma Energética y de Telecomunicaciones están sobre la
mesa.
Lo que nos
recuerda Brasil 2014 es que los mexicanos debemos aprender a terminar la tarea.
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar