Los Rolling
Stones cimbraron al mundo en 1966 con su sencillo Paint it black.
Hoy sus
satánicas majestades con esa intensidad que los caracteriza todavía lo hacen
vibrar.
Dos mil
dieciséis nos deja un ambiente para no ser muy optimistas sobre lo que nos
depara este 2017.
Hemos sido
testigos de un descontento a nivel global que ha puesto en duda el paradigma de
la globalización.
El próximo
20 de enero, nuestro vecino del norte comenzará la llamada “era Trump”.
El triunfo
electoral de Donald J. Trump ha puesto en marcha una nueva partida en el
ajedrez geopolítico.
En el
tablero, Estados Unidos, China y Rusia son los grandes jugadores.
Los
nombramientos en el gabinete presidencial son una pequeña muestra del camino
que seguirá el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Lo cierto es
que los próximos 100 días posteriores al 20 de enero serán de lo más
importante.
Bajo este
panorama, los pronósticos para la economía mexicana no son halagüeños.
En la
batalla electoral, Donald J. Trump coloco entre sus prioridades el Tratado de
Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
El último Reporte
sobre las Economías Regionales de Banco de México - algo así como el Beige Book
de la Reserva Federal- ha puesto de manifiesto el impacto en el sector
exportador manufacturero.
Gracias al
TLCAN, la región norte del país ha tenido en base a una generación de
exportaciones un crecimiento y desarrollo económico muy importante.
El desafío
que se le viene por delante a la administración del presidente Enrique Peña
Nieto es de lo más importante.
La mala noticia es que el gobierno de EPN se ha caracterizado por su torpeza y pésima estrategia de comunicación.
Las
calificadoras de riesgo han puesto bajo la lupa la nota de crédito de México.
Pero, no
todo es culpa de las amenazas de Mr. Trump. En el terreno interno, la
indisciplina fiscal y el bajo crecimiento explican el por qué Moody`s,
S&Poor`s y Fitch Ratings lanzan este aviso.
En
respuesta, José Antonio Meade, titular de Hacienda ha prometido que habrá
superávit primario en las cuentas fiscales, y que la implementación de las
reformas estructurales seguirá su curso.
No sé si
esas medidas serán suficientes para contrarrestar los efectos de una
volatilidad global y política que amenaza con ser mayor a lo que vimos en 2016.
Suficientes
o no, el margen de maniobra que tiene Hacienda para enfrentar el shock externo
es cada día menor.
No solo los
retos son para Hacienda. Las miradas también estarán en el Banxico.
Habrá que
estar pendientes de quién será el próximo gobernador que llegue al Instituto Central, en vista de
que Don Agustín Carstens abandonará el “barco” en los primeros días del mes de julio.
Banxico ha
endurecido su política monetaria con el objetivo de frenar las presiones
inflacionarias y evitar que los flujos de capital vayan a otros mercados, en
momentos en que se anticipa que la Reserva Federal comenzará a subir las tasas de interés con
mayor fuerza.
Le damos la
bienvenida a 2017 en un México donde predomina la inseguridad, corrupción, un
intenso “mal humor” entre la población, y en donde una vez más la economía
mexicana se encuentra “prendida” de alfileres.
Un 2017
donde también se dará inicio la carrera por la presidencia en 2018.
La
turbulencia económica y política continuará presente.
¡Bienvenido
2017!
Twitter: @cancino_omar