lunes, 29 de septiembre de 2014

Juego de Damas

Hillary Clinton podría hacer historia en Estados Unidos.

Muchos la tienen en mente para encabezar al Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de 2016.

Hoy Michelle Bachelet gobierna por segunda ocasión la República de Chile.

Y pese a las grandes dificultades económicas y políticas, Cristina Fernández de Kirchner, sigue al frente del gobierno de Argentina.

El sexo femenino gana cada día más espacios en la lucha por el poder político a nivel global.  

La historia continuará en Brasil.

Los ojos del mundo regresarán una vez más al país de la samba y del llamado Jogo bonito.

Dilma Rousseff, presidente de Brasil y Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente en la administración de Luiz Inacio Lula Da silva, serán las protagonistas en las elecciones del próximo 5 de octubre.
La ley electoral en Brasil determina al ganador de la contienda, siempre y cuando el candidato triunfador obtenga la mayoría absoluta de los sufragios emitidos.

Si ningún aspirante lo obtiene en una primera ronda, entonces la autoridad electoral procederá a una segunda vuelta, únicamente con los dos candidatos que tengan el mayor número de votos. 

Hay voces en nuestro país que piden al Instituto Nacional Electoral (INE) incluir en el proceso electoral la opción de la llamada segunda vuelta, pero sigue estando sólo como una posibilidad.

Rousseff, considerada por la revista Forbes como la segunda mujer más poderosa del mundo; representa la continuidad del proyecto económico del Partido de los Trabajadores (PT).

Marina Silva, la candidata del partido Socialista Brasileño (PSB) y que sustituye al fallecido Eduardo Campos, es la figura que ha despertado entre el electorado los vientos de cambio en la contienda presidencial.

La historia de Marina Silva es otra más que engrandece la cultura del esfuerzo y no la del privilegio.

Aecio Nieves, candidato del Partido Social Democracia Brasileña (PSDB) ocupa el tercer lugar según los últimos sondeos.

Bajo el lema “El camino seguro para el cambio real de Brasil” ha perdido fuerza ante la aparición de Marina Silva.

Los analistas observan que las aspiraciones del representante del PSDB se quedarán en la primera ronda.  
El amargo sabor de boca que dejo la Copa del Mundo 2014 y el adiós del Hexacampeonato todavía están en mente de los brasileños.

Las proyecciones de crecimiento no le son favorables a la llamada primer economía de Latinoamérica y séptima del mundo.

De tener el gobierno de Rousseff una meta de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.5% para 2014, ahora los ajustes han llevado a una estimación de 0.9%, muy lejos del 7.5% que presumía Brasil en 2010.

La última encuesta del Banco Central de Brasil es más pesimista, puesto que los que los analistas proyectan un a avance de la economía de 0.52 por ciento.

No olvide que Brasil esta en lo que se llama recesión técnica, aquella cuando el PIB presenta dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. 

Los organismos internacionales y las agencias calificadoras guardan en este momento esos discursos optimistas de hace algunos años.

La inflación es un dolor de cabeza.

En suma, el deterioro económico no favorece en nada las aspiraciones de un segundo periodo de Dilma Rousseff.

Y por esa razón, Marina Silva ha centrado su discurso político en el punto más débil del gobierno actual.

Las encuestas anticipan que la elección presidencial se decidirá en una segunda vuelta que tendrá fecha el último domingo del mes de octubre.

El índice Bovespa, el principal indicador de la Bolsa de Valores de Brasil, registra un rendimiento anual de 10% en lo que va del año.

Los brasileños decidirán el próximo domingo entre la opción del cambio o la continuidad. 

Quién triunfe en los comicios presidenciales tendrá el reto de levantar a la economía brasileña.

Ya sea Rousseff o Silva, cumplir será lo difícil.

E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar  

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