El contenido del Paquete Económico envía ese mensaje.
Lo hemos dicho en este espacio en reiteradas ocasiones: Los
cambios estructurales no tendrán un impacto de manera inmediata en la actividad
económica.
La agenda de reformas estructurales ésta en marcha y hay que
darle el beneficio de la duda.
Ese es el reto que tiene la administración del presidente Enrique Peña Nieto.
Pero, si algo le urge recuperar a Hacienda y al encargado de
su despacho en el corto plazo es su credibilidad.
La tarea no es nada fácil. Mucho menos en un panorama tan
incierto como el actual.
Según los Criterios Generales de Política Económica (CGPE),
se proyecta que la economía mexicana presente un crecimiento de 3.7% en 2015.
Esa cifra se encuentra abajo un punto porcentual de lo que se
tenía previsto en abril, cuando Hacienda tenía en mente un pronóstico de 4.7
por ciento.
Y también se encuentra por debajo de lo proyectado en el
Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2013-2018 (PRONAFIDE).
Le recuerdo que en ese documento se anticipaba un crecimiento
inercial para 2015 de 3.8% y con la puesta en marcha de los cambios
estructurales impulsaría a la actividad económica 0.9 puntos porcentuales hasta
tener una estimación de 4.7 por ciento.
Ahora el escenario planteado por Hacienda es distinto.
Ya son dos años en que Hacienda no aprende la lección y tiene
que modificar sus estimaciones de crecimiento económico.
En 2013, el pronóstico era de 3.9% y se creció 1.1%, en 2014,
la proyección tenía la cifra de 3.9% y hasta el momento se ubica en 2.7 por
ciento.
Hay dudas de que se logre ese objetivo.
Y, tal vez, la estrategia en esta ocasión del responsable de
las finanzas públicas es la de no cometer ese mismo error que tanto le ha
costado.
No tiene el mismo efecto revisar las proyecciones económicas
a la baja que a la alza.
Y parece ser que esa es la apuesta que tiene sobre la mesa
Luis Videgaray.
Imagine usted un ambiente donde la economía mexicana presente
un comportamiento mayor a lo esperado y Hacienda tenga revisar en esta ocasión
a la alza su pronóstico de crecimiento.
Una vez más, se volvería a escuchar ese discurso lleno de
optimismo que abusaría de los cambios estructurales y que sería utilizado como
la mejor propaganda en un importante año electoral que se aproxima.
Las probabilidades de que ocurra existen.
La economía empieza a presentar señales de recuperación.
Con datos de INEGI, los indicadores cíclicos al mes de junio
ponen a la actividad económica en fase de recuperación.
El escenario externo sigue con marcados claroscuros.
Los ojos están puestos sobre lo que haga o deje de hacer la
Reserva Federal, el banco central con más poder en los mercados financieros.
Europa sigue preocupando. Su banco central nuevamente se
lanza en su rescate, pero las proyecciones no le favorecen.
En Asia, China y Japón, las dos economías líderes en la
región también presentan problemas.
El contexto macroeconómico tiene retos por delante. Los tiene
bien identificados Hacienda.
Lo que si no puede permitir la administración del presidente
Enrique Peña Nieto es darse el lujo de llegar a un tercer año de gobierno con
mediocres resultados económicos.
¡Es hoy o nunca, Dr. Luis Videgaray!
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar
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