lunes, 16 de junio de 2014

Mrs. Yellen speaks

El mundo vive la fiesta del fútbol. Los ojos de todos seguirán en Brasil.  De eso no hay duda.

Y así cómo el balón tiene que rodar en la Copa del Mundo, lo tiene que hacer la agenda económica.

Lo que pasa con el rumbo de la economía del vecino del norte tiene su importancia.

No olvide que todas las esperanzas de nuestro secretario de Hacienda, Luis Videgaray, están puestas en el despegue de esa nación.

Ya conoce la expresión: ¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos!

Recuerde que es nuestro principal socio comercial. 

Nuestras exportaciones dependen de ese mercado y el flujo de remesas que envían los trabajadores nacionales en aquel país compensa los débiles ingresos de las familias mexicanas.

En lo que va del año, las exportaciones manufactureras, uno de los principales motores que encienden la actividad económica interna, registran un avance de 5.5% respecto a lo acumulado en los primeros cuatro meses del 2013.

La remesas, es decir, los fondos que transfieren los trabajadores emigrantes presentan un avance de 8.9% en el periodo enero-abril de este año comparado con lo alcanzado en el primer cuatrimestre del año pasado.

En abril, este indicador registró a tasa anual un incremento de 2.1%, siendo el noveno mes con números positivos, según cifras del Banco de México.

La gran pregunta que se hacen los analistas y el equipo económico del gobierno federal es si continuará este desempeño.

Y es que lamentablemente estamos sujetos a lo que pase en el exterior porque en el terreno interno las señales positivas son modestas, por no decir inexistentes.

Ya Hacienda modificó de manera agresiva su pronóstico de crecimiento para 2014 de 3.9%  a 2.7 por ciento.

Recientemente, el Banco Mundial fue más allá y ajustó su proyección para la economía mexicana a una cifra de 2.3 por ciento. 

Y ni se diga la perspectiva no muy positiva que nos dejó el último comunicado del Banco de México.

Cifras revisadas nos dicen que en el primer trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) de la economía de Estados Unidos cayó 1% a tasa anual, su primer tropezón en los últimos tres años.
Gran parte de ese menor desempeño se explica por los efectos adversos del clima tan extremo que vivió Estados Unidos durante el pasado invierno.

Llega una nueva reunión de la Reserva Federal, el poderoso e influyente banco central  de Estados Unidos.

Janet Yellen, la presidenta del banco central de Estados Unidos y todos los miembros que integran el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) vuelven a escena.

Y en esta ocasión el FOMC le dará la bienvenida a Stanley Fisher quién ocupará la vicepresidencia de la Fed.
El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex jefe del Banco de Israel acompañara a Yellen en su desafió de llevar a buen puerto los destinos de la mayor economía del mundo.

A paso lento, la Reserva Federal está disminuyendo el estímulo monetario por el moderado optimismo que envía la información económica.

Si bien la tasa de desempleo se ubica en 6.3% y los incrementos en la nómina no agrícola van a la alza, la inflación sigue siendo baja y todavía lejos del objetivo del 2% que tiene la Fed.  

Se anticipa que la Fed anuncie una nueva reducción en el ritmo de compras de activos.

Lo interesante será esperar el balance de la Fed sobre la economía de Estados Unidos, las proyecciones de crecimiento económico, desempleo e inflación y escuchar la voz de la segunda mujer más poderosa del planeta.

Y aún más, en momentos donde el FMI a cargo de Christine Lagarde y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) al mando de José Ángel Gurría han revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento para Estados Unidos.

Mrs. Yellen tiene la palabra. 

E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

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