La mayor
economía de Latinoamérica no vive sus mejores tiempos.
Los pronósticos de crecimiento no tienen buenas noticias, la inflación es un dolor de cabeza y el gobierno brasileño vive la presión de organizar la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA 2014.
Dilma
Rousseff, la presidenta de Brasil y la tercera mujer más poderosa del planeta
según la revista Forbes, tiene un importante desafió por delante.
El Brasil
que dejó Luiz Inacio Lula da Silva no es el mismo que hoy gobierna Rousseff.
Y por eso
mismo, hay voces que piden el regreso de Lula en las próximas elecciones
presidenciales de octubre.
Hay molestia
en Brasil porque la política de Lula era la de gastar en su gente.
No hay que
olvidar el éxito de su gobierno fue el Programa Bolsa Familia, lo que conocemos
en México como Oportunidades y la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Rousseff
también continúa con esa estrategia, pero lo hace a un ritmo menor por el
compromiso con los portafolios de inversión y las calificadoras de riesgo
soberano.
Organizar la
Copa del Mundo y ser la próxima sede de los Juegos Olímpicos en 2016 le está pasando factura al país sudamericano.
Para 2014,
el Ministerio de Hacienda tiene como meta terminar con un superávit primario,
la diferencia entre ingresos y gastos del sector público sin considerar el pago
de intereses de la deuda, de 1.9% del Producto Interno Bruto (PIB).
El gobierno
brasileño no ha alcanzado sus objetivos fiscales en los últimos dos años.
La falta de
credibilidad y de disciplina fiscal llevó a la calificadora de riesgo soberano
Standard And Poor´s a bajar la nota crediticia de “BBB” a “BBB-“.
Todo eso ha
llevado al gobierno de Rousseff a optar por recuperar
la confianza del público inversionista.
Esa es la
razón de las manifestaciones y protestas.
Maestros, policías,
conductores de autobús, universitarios e indígenas presionan por mejor de mejor
educación, salud, empleos, salarios y seguridad al gobierno brasileño.
Las demandas
de los brasileños son las mismas de una sociedad global cansada y decepcionada
por una economía mundial que no genera respuesta.
Se advierte
que las movilizaciones tomarán mayor fuerza con el inicio del Mundial de fútbol.
Con el
enrarecido ambiente para los negocios y la debilidad de la economía brasileña,
la aseguradora de riesgo crédito Coface recientemente modificó su nota para la
llamada quinta potencia del mundo.
Así, la nota de la principal economía de América Latina paso de "A3" con perspectiva negativa a un nivel de "A4" que comparte con México y Colombia.
Así, la nota de la principal economía de América Latina paso de "A3" con perspectiva negativa a un nivel de "A4" que comparte con México y Colombia.
A decir de
los analistas de la empresa líder en seguro de crédito en América Latina, el rezago en los pagos entre empresas está en aumento, la menor inversión privada y un bajo consumo doméstico, una de las
principales fuentes de crecimiento explican el ajuste.
Si un país
experimenta los impactos de la desaceleración de China y la contracción en los
precios de las materias primas es Brasil.
Recientemente, el gobierno brasileño modificó su proyección de crecimiento de un dato inicial de 3.8% a 2.5 por ciento.
Según el Banco Central de Brasil, la economía
brasileña presentará un dinamismo económico de 2% para 2014.
El Fondo
Monetario Internacional (FMI) comparte la perspectiva de la autoridad monetaria.
Para 2014 y
2015, el organismo financiero tiene proyecciones de un avance en la actividad
económica de 1.8% y 2.7%, respectivamente.
Lo mejor que
le puede ocurrir a Dilma Rousseff es que Brasil sea por sexta vez campeón del
mundo.
A partir de
hoy, Brasil estará en la mirada del mundo.
Y una vez
finalizado el certamen mundialista, lo seguirá estando por su protagonismo
geopolítico, los comicios presidenciales y los Juegos Olímpicos de 2016.
¿Cómo ve? Ya
Luis Inacio Lula da Silva con sus declaraciones le pone ambiente al Brasil vs México.
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar
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