lunes, 5 de agosto de 2013

Un pronóstico bajo fuego

No sorprende el anuncio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de mantener la meta de crecimiento de la economía mexicana en 3.1% para 2013.

Sin lugar a dudas, es otra prueba de que en la administración del presidente Enrique Peña Nieto nadie habla de la realidad que vive el país.

No sólo en el panorama económico, también lo podemos escuchar cuando se habla en materia de inseguridad o cuando se habla de los niveles de pobreza.

Ya Hacienda en mayo pasado dejó de soñar con el 3.5% que tenía en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), ahora; tal vez, deba empezar a dudar del 3.1% como ya lo hicieron gran parte de los analistas privados y organismos internacionales.

Sabemos que los últimos en reconocer las cifras poco favorables son las mismas instituciones gubernamentales.

Y quizá no se han dado cuenta de que hablar reconociendo logros y debilidades se puede recuperar la escasa credibilidad que se tiene entre la población.

Ese pequeño gran detalle, hace hoy que nadie crea en el pronóstico de crecimiento económico que tiene sobre la mesa Luis Videgaray, secretario de Hacienda.  

La mejor manera que tienen los hombres de Hacienda para no entrar en detalles es decir que no se cuenta con los elementos suficientes en este momento para decidir sobre una revisión al dato del Producto Interno Bruto (PIB) de 3.1% en 2013.

Pero no fueran datos positivos porque los primeros que salen a escena son los encargados del despacho de hacienda.

Y si Hacienda dice no tener la información, lo cual dudo mucho, los más recientes datos económicos con los que se cuenta revelan un escenario complicado para cumplir con ese pronóstico del 3.1 por ciento.  

Con la publicación del Informe Trimestral de Finanzas Públicas del segundo trimestre del año, Hacienda soltó el dato de que la economía se expandió a una tasa anual de 2.5% en el periodo abril a junio.

Esa cifra es preliminar porque el dato oficial sobre el crecimiento económico del segundo trimestre la publicará el próximo 20 de agosto el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

El dato de Hacienda sirve para construir diversos escenarios. 

Por ejemplo, sí sé promedia junto con la cifra del PIB del primer trimestre que fue de 0.8%, entonces la economía mexicana registró un crecimiento de 1.65% en la primera mitad del año.

Y para crecer conforme a los estimado por Hacienda, el crecimiento de la segunda mitad del año tendría que ser de 4.5%, algo difícil de conseguir.

Ahora bien, si comparamos el avance de los dos primeros trimestres del año con el mismo periodo del año anterior, cuando la actividad económica avanzó 4.7%, sin duda observamos el tamaño de la desaceleración que se vivió en los primeros meses del 2013.

Con el dato del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) al mes de junio que se expandió a una tasa anual de 1.74% y de 0.45% comparado con el mes de mayo utilizando cifras desestacionalizadas, aquellas que eliminan distorsiones en la variable, todavía se observa un avance débil y sin fuerza.

Gran parte obedece a que las exportaciones manufactureras, principal motor económico, no presentan todavía un mejor desempeño, pues acumulan un avance de 2.3% en los primeros meses del año.

También el desempeño del gasto público es otro factor que explica el menor dinamismo. Se decía en un inicio que el subejercicio en los primeros meses del año afectó de manera considerable la actividad económica.

No hay que olvidar que la actual administración tiene un compromiso de “déficit cero” en finanzas públicas para esté 2013. Y en ese camino se va porque el gasto publico registra una disminución de 2.8% en términos reales respecto a lo ejercido hace un año en el mismo periodo.

Sí la economía estadounidense está batallando con su proceso de consolidación fiscal, también nosotros estamos sintiendo los efectos de una política fiscal austera en el primer año de gobierno.

Hoy gracias al Indicador IMEF del Entorno Empresarial Mexicano (IIEEM), un índice adelantado que anticipa la trayectoria o dirección de la actividad económica de corto plazo, revela que en el mes julio y primero del tercer trimestre todavía no hay buenas noticias porque todavía se mantiene la debilidad en el sector manufacturero y estancamiento. (Gráfica No.1) 
















Y por eso los analistas revisan constantemente sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana para este 2013.

La Encuesta de Expectativas del Sector Privado que elabora el Banco México es un reflejo de las dudas que tienen los analistas sobre el 3.1% que Hacienda mantiene.

Por cuarta ocasión, si utilizamos  la mediana de los datos y no la media aritmética para buscar un consenso, los especialistas que participan en esta encuesta revisaron a la baja su proyección para el Producto Interno Bruto (PIB) para 2013 de un 2.85% en junio a 2.70% en julio. (Gráfica No.2)























Para 2014, los analistas mantienen su optimismo y le otorgan el beneficio de la duda a la administración actual, al estimar un crecimiento económico de 4 por ciento.

Cierto, las reformas estructurales y el repunte del vecino del norte podrán sacar del estancamiento a la economía mexicana. Las apuestas están hechas y ojalá se cumplan.

Respecto a las perspectivas sobre la inflación anual general, los pronósticos para 2013 se revisaron a la baja de 3.80% en junio a 3.59% en julio.

Distinto comportamiento muestran las estimaciones para 2014 y seguramente estas continuarán a la alza, una vez anunciada la propuesta de Reforma Fiscal.

Por lo pronto, se observan los primeros efectos. Ejemplo de ello es que la proyección de los analistas para el crecimiento de los precios al consumidor para 2014 pasó de 3.60% en junio a 3.68% en julio, siendo su mayor nivel en un año. (Gráfica no.3)
Por esa razón, Agustín Carstens y demás integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Bnxico) en sus minutas de su última reunión lanzaron el mensaje de que se mantendrá alerta ante cualquier evento que pueda contaminar las expectativas de inflación y la convergencia de los precios a su meta de 3 por ciento.

El próximo miércoles 7 de agosto, el Banco de México publicará el Informe Trimestral de Inflación del segundo trimestre, donde podría anunciar una nueva estimación para el PIB de 2013.

Actualmente, Banxico tiene una proyección de crecimiento que va de un intervalo entre 3 a 4% por ciento.

Hasta el momento, el banco central es la única institución que no ha modificado su pronóstico.

Tal vez, sea el tiempo en que Carstens y demás miembros de Banxico ante una mayor evidencia del deterioro económico tengan que ajustar esa estimación.

Tarde o temprano también Hacienda lo tendrá que hacer. Lo malo, es que siempre es la última en aceptar que crecer 3.1% está año será muy difícil.

E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario