lunes, 26 de agosto de 2013

La oportunidad

Ya el primero de septiembre no es el “Día del Presidente” como hace muchos años lo fue.

Ahora el panorama es completamente distinto. Atrás quedan las imágenes del desfile de funcionarios felicitando al Ejecutivo federal y los aplausos de pie de manera prolongada por parte de todos los integrantes que conforman el Congreso.

Nuestra democracia todavía tiene errores, pero los avances que hemos tenido y las distintas voces hacen posible que lo de ayer no se repita una vez más.

Sin duda, el reto que tiene por delante el Poder Legislativo es el de convertirse en un verdadero contrapeso del ejercicio presidencial.

Con lanzar gritos, tomar la tribuna e interrumpir el mensaje no se llega a nada.

El Informe de Gobierno realmente debe ser un acto de rendición de cuentas del Poder Ejecutivo y donde se escuche el posicionamiento de todos los grupos parlamentarios.

Se dice que el formato del informe presidencial podría cambiar en un próximo momento.

Ojalá, y eso sea posible en un futuro inmediato porque el debate de la ideas sería en beneficio de todos.    

Actualmente, el presidente de la República envía al Poder Legislativo el informe que guarda la Nación de manera escrita porque según la ley dice que no tiene la obligación de presentarse.

Pero eso no impide que el jefe del Ejecutivo federal envié un mensaje a la Nación.

Y precisamente el próximo primero de septiembre, Enrique Peña Nieto, presidente de la República tendrá la oportunidad para dirigirse a todos los mexicanos y hablar de los grandes problemas nacionales.

Digo que es una oportunidad porque hasta el momento no hemos escuchado al jefe del Ejecutivo hablar de manera puntual y con el liderazgo que se necesita de la actual situación que vive el país.

A nueve meses del inicio de la actual administración, el presidente Peña Nieto sabe que las interrogantes son muchas y el escenario no es de lo mejor.

Del optimismo con el que inicio su gestión, la realidad del país que muchos tratan de ocultar genera hoy el efecto contrario.

Nos dicen que el bajo crecimiento económico en los últimos meses es por un entorno externo difícil e incierto a la vez.

También nos comentan que una vez que la economía estadounidense, nuestro principal socio comercial, realmente despierte de su atonía, nuestras exportaciones volverán a crecer y con eso se reactivará la actividad económica.

A la primera mitad del 2013, el Producto Interno Bruto (PIB) de la economía mexicana registra un crecimiento de 1% respecto al mismo periodo del año anterior, lo que representa el menor dinamismo para un primer semestre desde la recesión de 2009.

Con ese resultado, Hacienda no tuvo más remedio que aceptar el escenario adverso y olvidarse del 3.1% que había estimado en mayo pasado.


Así que por segunda ocasión en el año corrigió su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2013. Ahora la proyección dice que la economía mexicana crecerá 1.8 por ciento. (Gráfica No.1)

















Sí los analistas dudaron del 3.1%, hoy también comentan que el pronóstico que tiene Hacienda es difícil de cumplir porque la actividad económica tendría que repuntar 2.6% en el segundo semestre.

Bien dice Luis Videgaray, Secretario de Hacienda que el bajo crecimiento es “mediocre” y es un “llamado de atención”.

Lo malo es que continúa enviando la señal de que con la aprobación de las reformas estructurales este comportamiento será muy distinto, cuando Hacienda tiene herramientas para hacer menos difícil el camino.

Sabemos que mientras la economía del vecino del norte no despierte con fuerza y no exista una estrategia para contrarrestar el menor dinamismo seguiremos observando bajos niveles de crecimiento económico.

Con mensajes de optimismo no se llega nada. Hoy el secretario de Hacienda está más ocupado en cabildeos que en su despacho.

Tal vez, por esa razón no estuvo presente en el momento de anunciar la nueva estimación de crecimiento.

No sólo en el aspecto económico hay pobres e insatisfactorios resultados.

Según la última Encuesta de Expectativas del sector privado que elabora el Banco de México y se publica a principios del mes, el tercer factor más importante que obstaculiza el crecimiento a decir de los especialistas consultados es el clima de violencia que vive el país.

Se dice que la estrategia cambio, pero lo cierto es que la inseguridad sigue presente en todos los rincones del país. Pese a que diga  la Secretaria de Gobernación que las cifras van a la baja.

Ya el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) trabaja en la elaboración de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que tendrá una periodicidad de manera trimestral y cuyo primer levantamiento será en septiembre de 2013 con publicación de los resultados en el mes de octubre.

Insisto, este primero de septiembre, el jefe del ejecutivo tendrá la palabra y espero no desaproveche la ocasión para hablar de lo que realmente pasa en el país.

Sí el presidente Peña Nieto habla con firmeza de la realidad que se experimenta a diario ganará esa confianza entre la población que tanto trabajo le está costando.

Pero si vende la idea de que vamos en camino de vivir en “Peñalandia” como lo dice su propaganda, el rechazo será todavía mayor a lo que los sondeos de popularidad reflejan.

Dice la calificadora de riesgo soberano Moody´s que hay una pausa en el “momento de México”.

Lo que opina Moody´s  lo entiende bien el gobierno federal y los portafolios de inversión.

Los flujos de capital no llegan con la misma intensidad de los años anteriores.

Con los datos de la Balanza de Pagos del segundo trimestre del año, lo que nos permite analizar el primer semestre del año, la inversión de cartera, aquella que se conoce como “golondrina”, alcanzó la cifra de 19,129 millones de dólares, lo que significa una disminución de 34% respecto a lo alcanzado en la primera mitad del 2012.

La apuesta y gran parte del futuro de la administración del presidente Peña Nieto para impulsar el dinamismo económico se encuentra en la aprobación de las reformas estructurales.

Los tiempos difíciles también contagian el desarrollo de la agenda de reformas.

Por ejemplo, la reforma laboral que pretende generar un mayor número de puestos de trabajo todavía no muestra sus alcances y el desempleo sigue sin observar la recuperación.

La iniciativa de reforma financiera sigue en discusión sin por el momento mandar señales de vida. 

También la reforma educativa va en progreso pese a las voces de discordia e inconformidad que han puesto a diputados y senadores a buscar otras sedes para la aprobación de sus leyes secundarias.

Pero el debate actual y por demás interesante se encuentra en la propuesta de reforma energética que detonó con mayor fuerza comentarios a favor y en contra.

A diferencia de las otras propuestas de cambio estructural, la propaganda gubernamental llena todos los espacios disponibles para convencer a la opinión pública de que la reforma energética no tiene como objetivo privatizar el petróleo y vender Petróleos Mexicanos (Pemex).

Y seguramente el intercambio de ideas subirá de tono con la reforma fiscal que se anunciará el 8 de septiembre.  

Bajo crecimiento, desempleo, inseguridad y altos niveles de desigualdad en el ingreso es lo que caracteriza a los primeros nueve meses de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Son momentos difíciles. Pero se tienen que reconocer logros y debilidades. Y lo más importante: tomar decisiones y hablar de la realidad que se vive. 
E-Mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar 

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