lunes, 19 de agosto de 2013

Escepticismo energético

Unos dicen que no es suficiente, pero necesaria; y otros mencionan que es el principio del fin.

Lo que es un hecho es que la reforma energética está sobre la mesa y la administración del presidente Enrique Peña Nieto se juega mucho de su futuro en los siguientes meses.

Pero el jefe del Ejecutivo sigue cometiendo los mismos errores que sus predecesores.

Todos los expresidentes en sus discursos y a la hora de convencer a la población de lo positivo de hacer las reformas  hablan de que los cambios propuestos son en beneficio de todos los mexicanos.

José López Portillo en 1982 utilizo las mismas palabras para justificar la nacionalización de la banca, Carlos Salinas de Gortari también lo hizo al firmar el Tratado de Libre Comercio (TLC) o al momento de vender Teléfonos de México (Telmex), Ernesto Zedillo al permitir la entrada de capital extranjero a la banca.

Hoy volvemos a escuchar esas mismas palabras en voz del presidente Peña Nieto.

Ya después de varias amargas experiencias suenan huecas y tienen poca credibilidad para la mayoría de la población.

Nadie cree que la reforma energética sea la solución a los problemas, porque observan la insultante corrupción que se vive en Petróleos Mexicanos (Pemex), la quinta empresa productora de petróleo a nivel mundial.

Tan sólo recordar el caso del famoso Pemexgate, donde se descubrieron que fondos del Sindicato de Petróleos Mexicanos fueron utilizados para financiar la campaña de Francisco Labastida Ochoa, candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional en 2000 pone al descubierto lo oscuro en el manejo de los recursos.

Se habló mucho, se escribió mucho y los resultados fueron una multa al PRI y hoy es otra prueba para la memoria de la mayoría de los mexicanos.  

Y también la figura y comportamiento de Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero y senador por parte del PRI no ayudan a vender la reforma energética.

Como tampoco se observan con buenos ojos esas relaciones que tienen los exdirectores de Petróleos Mexicanos con las empresas de energía extranjeras.

Por esa razón, cuando se escucha hablar al presidente Peña Nieto de que con la reforma energética habrá combustibles más baratos y miles de empleos se recuerda el hombre que vende “espejitos” a todos sus clientes o tal vez, se acuerde de aquel comercial, donde aparecía un meteorólogo que pronosticaba con la firma del TLC un tiempo bastante soleado para México.

Esa es la falta de congruencia en el momento de hablar que han caracterizado a los hombres del poder.

De ahí la estrategia del gobierno federal de lanzar spots en radio, prensa y televisión para ganar el debate energético que está a la orden del día.

No hay duda de que México necesita una reforma energética. Y los cambios tienen que hacerse, pero también es indispensable escuchar todos los puntos vista para tener un cambio estructural positivo en el sector energético.

Pemex, quinta en producción y primera en corrupción

Pese a que muchos hablan de que Pemex no es una empresa rentable por la caída en la producción de sus campos, menores exportaciones, corrupción y los impuestos que paga hay cifras que indican todo lo contrario.

Hoy Petróleos Mexicanos es la quinta compañía productora de petróleo a nivel mundial. (Grafica No.1)

















Saudi Arabian Oil Company (Saudi Aramco) es la principal empresa petrolera con una producción de diez millones de barriles diarios de petróleo.

Estas cinco empresas petroleras en el mundo son estatales. La diferencia entre ellas y Pemex, es que las primeras destinan mayores recursos a exploración y producción.

Y  no solo en ese aspecto hay divergencias. Por ejemplo, Saudi Aramco cuenta con 15 refinerías, mientras que en México existen solo seis y una en construcción.

No es culpa de Pemex, sino de muchos años en que políticos y sindicato vivieron y viven todavía a expensas de la mayor empresa mexicana sin que está tenga libertad de gestión y presupuestaria como cualquier otra compañía.

Gran parte de sus recursos los paga a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) vía impuestos, lo que le deja en una situación difícil y complicada.

Tan solo en 2012, Petróleos Mexicanos pagó impuestos y derechos por un total de 902,600 millones de pesos.

Y para darle una aproximación de lo que representa esa cifra, le informó que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que aprobó el Congreso para 2012 se 
ubicó en 3.7 billones de pesos.

Así los recursos que paga Pemex equivalen a una cuarta parte del Presupuesto de Egresos que se ejerció el año pasado.

Ese es el problema y la gran diferencia con otras compañías. Y si le suma otras cuestiones oscuras en su manejo, pues la debilidad de Petróleos Mexicanos queda al descubierto y esa es la idea que se trata de vender en estos momentos.

Según la iniciativa de reforma energética se tiene contemplado un nuevo régimen fiscal para ahora si fortalecer a Petróleos Mexicanos y una reestructura a su interior.

Su nuevo régimen fiscal será dado a conocer con el anuncio de la reforma fiscal en septiembre.

Pemex es la quinta productora de petróleo y México ocupa la decimotercera posición en reservas de petróleo en el mundo.  

Y aquí viene el argumento de la iniciativa de reforma energética. Según con la ayuda de del capital privado vía los contratos de utilidad compartida, que tanta polémica han desatado desde su anuncio, la producción de hidrocarburos aumentará gracias a la tecnología que venga del exterior.

No sólo las empresas privadas participaran en la exploración y extracción de petróleo y gas, también en áreas como la refinación, transporte y almacenamiento.

Como decíamos anteriormente, México cuenta con reservas de crudo y gas que todavía no se han explotado.

Pemex hace esfuerzos necesarios, pero no alcanza todavía a desarrollar todo el potencial que existe porque su pesada carga fiscal se lo impide y por las grandes distorsiones a su interior.

Hoy la administración del presidente Peña Nieto desea reformar los artículos constitucionales 27 y 28 para atraer a la inversión extranjera vía los contratos de utilidad compartida.

¿Qué sucederá mañana, cuando las empresas extranjeras observen rentabilidad en los proyectos? ¿Se podría cambiar el discurso para hablar de que es necesario concesionar al capital extranjero porque Pemex no demostró estar a la altura de las circunstancias?

Son dos preguntas que despiertan suspicacias en momentos de tantos dimes y diretes sobre la reforma energética.

Tal vez, por esa razón el presidente Lázaro Cárdenas dejó guardado en el cajón esa propuesta que hoy se quiere vender como la solución a todos nuestros problemas.

Y es que hay grandes recursos en petróleo y gas. Una vez que los tengan a disposición, tal vez las empresas extranjeras deseen tener más del 50% que se planea.

Hasta el momento, no se sabe cómo operarán  los contratos de utilidad compartida que se están ofreciendo.

Por eso, muchos analistas dicen que en las leyes secundarias estará la verdadera reforma energética.

Sin lugar a dudas, hoy hay más preguntas que respuestas, pero el debate está más que puesto.   

Lo que podemos decir es que Petróleos Mexicanos (Pemex) es otra prueba de que otros han administrado la “abundancia” y no precisamente en beneficio de los mexicanos. 
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

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