No simpatizo con esos mensajes sobre el fin
del mundo.
Recuerde que nadie sabe el día, ni la hora.
Le invito a tener siempre presente esas palabras llenas de
sabiduría.
Sabemos que la economía mundial tiene muchos desafíos por
delante.
Tenemos una recuperación económica que avanza de manera lenta y desigual.
Los riesgos geopolíticos siguen en el escenario.
La guerra contra el terrorismo continúa su marcha.
Las diferencias
entre Estados Unidos y Rusia son las más altas desde los tiempos de la guerra
fría.
Los reclamos en Naciones Unidas se dejan escuchar.
Unos desean tener las cosas como están y otros piden mayor
protagonismo en el Consejo de Seguridad de la ONU, el máximo órgano para
mantener la paz entre las naciones.
Sin duda, los tiempos son complicados.
Y en medio de este panorama, la epidemia de Ébola aumenta la
incertidumbre a nivel global.
Desde 1976, la comunidad científica sabe de la existencia del
virus.
Ya anteriormente sus efectos se habían hecho sentir en el
continente africano.
Lamentablemente, los impactos del virus tienen su mayor violencia
en 2014.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las
muertes por Ébola en África Occidental suman un total de 4,024.
Guinea, Liberia y Sierra Leona, son los países más pobres de
la región y donde se concentra el mortal virus.
Las perspectivas de crecimiento de las economías locales se
han ensombrecido desde que el contagio se ha incrementado.
El aumento de precios es otro dolor de cabeza por la escasez
de productos.
En 2009, México registró contingencia sanitaria por el brote
del virus de Influenza, mejor conocido como A(H1NH1).
Su impacto llevó a una caída de la actividad económica mayor
a la estimada.
Hoy vemos como la epidemia de Ébola mantiene en alerta máxima
a todo el mundo y supera por mucho lo que se vivió en México.
Más allá de los efectos económicos esta la catástrofe
humanitaria.
Y eso dicen los reportes de la ONG Médicos Sin Fronteras.
Familias enteras se han desintegrado, niños abandonados, el
rechazo de los que padecen la enfermedad y trabajadores humanitarios sin el
apoyo suficiente para cumplir su misión.
Así como el cambio climático afecta a los más vulnerables, el
virus de Ébola lo hace en los países con mayor debilidad del continente
africano.
Las palabras de Donald Kaberuka, presidente del Banco
Africano de Desarrollo (BAD) tienen
mucha razón.
El mundo no puede, ni debe dejar sólo a los países que sufren
los embates del virus de Ébola.
Tan sólo los efectos que ha dejado en la economía y en la
vida de muchos de los tres países más afectados es una prueba de la amenaza que
puede representar
Es por esa razón que el Fondo Monetario Internacional (FMI)
advierte sobre los impactos de su propagación.
Los científicos y epidemiológicos están haciendo su trabajo.
Tal vez, los resultados no sean lo suficientemente rápidos
para descubrir pronto el antídoto.
Saber que el virus de Ébola estará bajo control en los
próximos meses podría sonar demasiado optimista en estos momentos.
El mundo necesita que esa buena noticia sea pronto una
realidad.
#StopEbola
E-mail:omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario