lunes, 13 de octubre de 2014

Un mundo con miedo

No simpatizo con esos mensajes sobre el fin del mundo.

Recuerde que nadie sabe el día, ni la hora.

Le invito a tener siempre presente esas palabras llenas de sabiduría.

Sabemos que la economía mundial tiene muchos desafíos por delante.

Tenemos una recuperación económica que avanza de manera lenta y desigual.

Los riesgos geopolíticos siguen en el escenario.

La guerra contra el terrorismo continúa su marcha. 

Las diferencias entre Estados Unidos y Rusia son las más altas desde los tiempos de la guerra fría.

Los reclamos en Naciones Unidas se dejan escuchar.

Unos desean tener las cosas como están y otros piden mayor protagonismo en el Consejo de Seguridad de la ONU, el máximo órgano para mantener la paz entre las naciones.

Sin duda, los tiempos son complicados.

Y en medio de este panorama, la epidemia de Ébola aumenta la incertidumbre a nivel global.
Desde 1976, la comunidad científica sabe de la existencia del virus.

Ya anteriormente sus efectos se habían hecho sentir en el continente africano.

Lamentablemente, los impactos del virus tienen su mayor violencia en 2014.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes por Ébola en África Occidental suman un total de 4,024.

Guinea, Liberia y Sierra Leona, son los países más pobres de la región y donde se concentra el mortal virus.

Las perspectivas de crecimiento de las economías locales se han ensombrecido desde que el contagio se ha incrementado.

El aumento de precios es otro dolor de cabeza por la escasez de productos.

En 2009, México registró contingencia sanitaria por el brote del virus de Influenza, mejor conocido como A(H1NH1).

Su impacto llevó a una caída de la actividad económica mayor a la estimada.

Hoy vemos como la epidemia de Ébola mantiene en alerta máxima a todo el mundo y supera por mucho lo que se vivió en México.

Más allá de los efectos económicos esta la catástrofe humanitaria.

Y eso dicen los reportes de la ONG Médicos Sin Fronteras.

Familias enteras se han desintegrado, niños abandonados, el rechazo de los que padecen la enfermedad y trabajadores humanitarios sin el apoyo suficiente para cumplir su misión.

Así como el cambio climático afecta a los más vulnerables, el virus de Ébola lo hace en los países con mayor debilidad del continente africano.
Las palabras de Donald Kaberuka, presidente del Banco Africano de  Desarrollo (BAD) tienen mucha razón.

El mundo no puede, ni debe dejar sólo a los países que sufren los embates del virus de Ébola.

Tan sólo los efectos que ha dejado en la economía y en la vida de muchos de los tres países más afectados es una prueba de la amenaza que puede representar

Es por esa razón que el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte sobre los impactos de su propagación.

Los científicos y epidemiológicos están haciendo su trabajo.

Tal vez, los resultados no sean lo suficientemente rápidos para descubrir pronto el antídoto.

Saber que el virus de Ébola estará bajo control en los próximos meses podría sonar demasiado optimista en estos momentos.

El mundo necesita que esa buena noticia sea pronto una realidad. 

#StopEbola

E-mail:omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

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