lunes, 21 de abril de 2014

Pensar en el 2015

Hablar del presente resulta ser nada satisfactorio.

Desempleo, “juegos de guerra”, pobreza y los efectos de un calentamiento global en aumento son la amenaza.

El mundo emerge a paso lento de una severa crisis económica.

Y es por esa razón que los líderes y políticos del mundo prefieren observar con esperanza el futuro.

No tienen otra salida.

Sabemos que nadie tiene en su mano una “bola de cristal”

Pero, eso no importa.

Esperar que el mundo se arregle en 2015 es tener bastante imaginación, ¿no cree?  

El mayor reto que tiene la humanidad es el cambio climático.

Se espera que en París en 2015, donde se celebrará la vigésima primera reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21) habrá un nuevo acuerdo.

Los desencuentros entre países desarrollados y no desarrollados siguen sobre la mesa.

Eso sí, antes de llegar a París habrá una pausa en el camino.

Ban Kin-Moon, secretario general de Naciones Unidas reunirá a más de 80 Jefes de Estado y Gobierno el próximo 24 de septiembre en Nueva York, Estados Unidos.

La evidencia científica confirma la necesidad de tomar medidas más audaces para mitigar los impactos del cambio climático.

Si en Nueva York habrá el discurso político, se espera que en Perú, donde se realizará la vigésima Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20) los buenos deseos empiecen a ser una realidad.

Según la aseguradora de crédito Coface, Perú junto con Colombia son las economías emergentes con mayor atractivo en Latinoamérica.

La meta es llegar a París en 2015 con acuerdos.

El camino no se observa nada fácil.

Y no sólo el mundo se tiene que poner de acuerdo sobre el cambio climático.

En la reunión de primavera celebrada en Washington del Fondo Monetario Internacional (FMI) nuevamente el descontento de los Ministros de Finanzas  y gobernadores de bancos centrales de los países que lo integran salió a relucir.

El organismo financiero internacional que pide reformas al mundo no puede llevar la suya a buen puerto.
Ya son tres años en que Estados Unidos, principal accionista del FMI, detiene el proceso que votaron a favor otras economías en 2010.

No hay que olvidar que la reforma busca reforzar los recursos de la institución y aumentar la participación de los países emergentes en la toma de decisiones.

Ese es el desafió que tiene en su escritorio Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI.

Es complicado tener un escenario en que el mundo tiene seguir su marcha sin la compañía de la mayor economía del planeta.

Lagarde confía que tarde o temprano el Congreso de Estados Unidos votará a favor.

Si eso no sucede, los responsables de los países miembros tendrán que empezar a elaborar un plan “B”.

No será en 2015, pero tal vez si en 2016, cuando la economía de Estados Unidos comience su recuperación de manera sólida.

Lo dice Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, el influyente banco central.

Bien por los buenos deseos, lamentablemente el mundo espera respuestas y acciones inmediatas.

Ese mensaje también va dirigido a la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Dejemos de vivir el discurso de los cambios estructurales.

Por más que no lo quieran aceptar la economía mexicana vive tiempos difíciles.

E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

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