Hablar del
presente resulta ser nada satisfactorio.
Desempleo, “juegos
de guerra”, pobreza y los efectos de un calentamiento global en aumento son la
amenaza.
El mundo
emerge a paso lento de una severa crisis económica.
Y es por esa
razón que los líderes y políticos del mundo prefieren observar con esperanza el
futuro.
No tienen
otra salida.
Sabemos que
nadie tiene en su mano una “bola de cristal”
Pero, eso no
importa.
Esperar que el mundo se arregle en 2015 es tener bastante imaginación, ¿no cree?
Se espera
que en París en 2015, donde se celebrará la vigésima primera reunión de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21) habrá un
nuevo acuerdo.
Los
desencuentros entre países desarrollados y no desarrollados siguen sobre la
mesa.
Eso sí, antes
de llegar a París habrá una pausa en el camino.
Ban Kin-Moon, secretario general de Naciones
Unidas reunirá a más de 80 Jefes de Estado y Gobierno el próximo 24 de
septiembre en Nueva York, Estados Unidos.
La evidencia
científica confirma la necesidad de tomar medidas más audaces para mitigar los
impactos del cambio climático.
Si en Nueva
York habrá el discurso político, se espera que en Perú, donde se realizará la
vigésima Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20) los buenos deseos empiecen a
ser una realidad.
Según la
aseguradora de crédito Coface, Perú junto con Colombia son las economías emergentes
con mayor atractivo en Latinoamérica.
La meta es
llegar a París en 2015 con acuerdos.
El camino no
se observa nada fácil.
Y no sólo el
mundo se tiene que poner de acuerdo sobre el cambio climático.
En la reunión
de primavera celebrada en Washington del Fondo Monetario Internacional (FMI)
nuevamente el descontento de los Ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países
que lo integran salió a relucir.
El organismo
financiero internacional que pide reformas al mundo no puede llevar la suya a
buen puerto.
Ya son tres
años en que Estados Unidos, principal accionista del FMI, detiene el proceso
que votaron a favor otras economías en 2010.
No hay que
olvidar que la reforma busca reforzar los recursos de la institución y aumentar
la participación de los países emergentes en la toma de decisiones.
Ese es el
desafió que tiene en su escritorio Christine
Lagarde, Directora Gerente del FMI.
Es
complicado tener un escenario en que el mundo tiene seguir su marcha sin la
compañía de la mayor economía del planeta.
Lagarde confía
que tarde o temprano el Congreso de Estados Unidos votará a favor.
Si eso no
sucede, los responsables de los países miembros tendrán que empezar a elaborar un
plan “B”.
No será en
2015, pero tal vez si en 2016, cuando la economía de Estados Unidos comience su
recuperación de manera sólida.
Lo dice Janet Yellen, la presidenta de la
Reserva Federal, el influyente banco central.
Bien por los
buenos deseos, lamentablemente el mundo espera respuestas y acciones
inmediatas.
Ese mensaje
también va dirigido a la administración del presidente Enrique Peña Nieto.
Dejemos de
vivir el discurso de los cambios estructurales.
Por más que no
lo quieran aceptar la economía mexicana vive tiempos difíciles.
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar
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