Los desafíos para la economía mexicana continúan sobre la mesa.
Don Agustín Carstens,
gobernador del Banco de México confirma lo que los indicadores dicen a todas
luces.
En su
anuncio de política monetaria, el banco central señala que la desaceleración de
la actividad económica sigue su curso.
Así que tenemos
en los primeros meses del año un crecimiento menor a lo proyectado.
Los efectos
de la mal llamada reforma fiscal están impactando los niveles de confianza, el
gasto de los consumidores y la inversión privada.
Nos dicen
que el segunda parte del año habrá un mejor desempeño.
Con este difícil
entorno es muy complicado.
Pueden
mejorar los números macroeconómicos en base a efectos estadísticos.
Lo que si le
digo es que el bolsillo seguirá sufriendo los embates del actual entorno económico.
Las dudas sobre la meta de crecimiento de 3.9% que tiene la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) crecen cada día.
Habrá que esperar hasta que INEGI publique la cifra del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre.
No espere buenas noticias.
Las dudas sobre la meta de crecimiento de 3.9% que tiene la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) crecen cada día.
Habrá que esperar hasta que INEGI publique la cifra del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre.
No espere buenas noticias.
Ese es el
primer reto en el panorama.
Aquí viene
el segundo desafío.
Todos
aplauden los cambios estructurales en México.
Pero también
desean que esas buenas señales sigan en el escenario.
La
administración del presidente Enrique Peña Nieto no pierde la oportunidad para
enviar mensajes llenos de optimismo.
Hablan de un
futuro mejor con más dinamismo económico y que ese avance se sienta en el
bolsillo de todos.
Ese discurso
también lo comparte en cada foro Luis Videgaray, secretario de Hacienda.
Nadie duda
de sus buenas intenciones.
Sí hay
que destacar que ese discurso optimista empieza a presentar signos de
moderación.
Ya no son aquellos
discursos que escuchábamos de fin de año.
No hay que
olvidar que en el camino puede haber varios tropiezos por delante.
Bien dice Bart
Pattyn presidente y CEO de la aseguradora de riesgo crediticio Coface para América
Latina en decir que México genera en este momento altas expectativas, pero
todavía no muestra nada extraordinario.
Y sin duda,
esa es la postura de los grandes portafolios de inversión.
Hoy los
mercados emergentes viven días difíciles.
La Fed sigue
bajando la dosis de estímulo monetario a la mayor economía del mundo.
Janet Yellen,
presidenta del banco central y demás integrantes que conforman el Comité de
Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) lo hacen a un ritmo lento para
no generar “ruido” en los mercados.
Por tercera
ocasión consecutiva, el banco central decidió reducir sus compras de activos en
otros 10,000 millones de dólares.
Ahora con la
última decisión, a partir de abril adquirirá
un total de 55,000 millones de
dólares en Bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Yves
Zlotowsky, Economista en Jefe de Coface
menciona que hay diferencias entre México y otros países emergentes.
Lo que si
advierte es que las buenas señales tienen que seguir, sino desean que la
volatilidad se sienta con mayor fuerza.
Los inversionistas
y organismos financieros internacionales observan con cuidado la evolución de
la agenda de reformas estructurales.
Implementar las
reformas estructurales es el otro gran desafío que hay por delante.
Hay avances, pero no de manera tan rápida como pensaba la administración de Enrique Peña Nieto.
Se habla de que los primeros efectos de los cambios estructurales comiencen a dar sus primeros frutos en 2016.
Hay avances, pero no de manera tan rápida como pensaba la administración de Enrique Peña Nieto.
Se habla de que los primeros efectos de los cambios estructurales comiencen a dar sus primeros frutos en 2016.
Ya no en
2014, tampoco en 2015.
Aquí está el
detalle.
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar
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