lunes, 10 de marzo de 2014

¿Adiós al "catarrito" inflacionario?

Sabíamos que 2014 no venía nada fácil.

Los recientes datos económicos nos revelan un complicado panorama en los primeros meses del año.

La confianza del consumidor sigue a la baja y los analistas revisan una vez más sus pronósticos de crecimiento para 2014.

Y la administración del presidente Enrique Peña Nieto lanza la promesa de no subir los impuestos.

El mensaje tiene una buena y una mala.

La buena es que no habrá incremento o modificaciones a la estructura tributaria hasta el 30 de noviembre de 2018.

Siempre y cuando no existan eventos macroeconómicos que modifiquen el escenario.

¿Y la mala?

Pues, es que nos quedamos con la llamada reforma hacendaria hasta nuevo aviso.

Definitivamente el equipo económico perdió la oportunidad para hacer un gran pacto fiscal.

Por esa razón, las cúpulas empresariales celebran la decisión, pero no están del todo contentos con los modos y las formas con las que se anunció.

Luis Videgaray, secretario de Hacienda insiste en que México crecerá 3.9% en 2014.

Nada extraño escuchar las palabras del hombre responsable de las finanzas públicas.

El que si puede presumir que su pronóstico va en línea con lo esperado es Don Agustín Carstens, gobernador del Banco de México

Con datos del Instituto de Geografía y Estadística (INEGI), al mes de febrero la tasa de inflación anual general se ubicó en 4.23%, luego de que en enero alcanzara 4.48 %, su nivel más alto en los últimos tres años. (Gráfica No.1)


Y es que hasta el momento Carstens y demás subgobernadores del banco central no observan que los cambios tributarios generen efectos de segundo orden.

La inflación subyacente en febrero, aquella que excluye los precios de los bienes y servicios más volátiles de la economía, regresa a niveles por debajo del 3 por ciento.

Tampoco existe una distorsión en las expectativas de inflación, una variable muy seguida por el instituto central.

En la última Encuesta del Banco de México, los analistas anticipan una tasa de inflación para 2014 de 4%, cifra menor a la anterior de 4.10 por ciento.

Respecto a la expectativas de inflación de largo plazo, las estimaciones se mantienen con ligeros cambios entre 3.50% y 3.51 por ciento.

Lo que explica en gran parte el comportamiento de los precios es la debilidad de la actividad económica.

En los primeros meses del año el golpe al bolsillo fue directo. 

Los impactos en el poder adquisitivo continúan.

Si bien es cierto, lo precios al consumidor presentaron un retroceso en el mes de febrero, todavía la tasa de inflación está por arriba del 4 por ciento.

Y eso se debe al aumento en el precio de los energéticos.

Carstens puede estar optimista, pero todavía no tiene nada que festejar porque el camino es largo sinuoso.

El presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray no dejan de vender el discurso prometedor de las reformas estructurales.

Esos mensajes que se escuchan hasta el cansancio no comparten la visión desde los hogares.

Vuelvo a insistir.

Los cambios estructurales no suceden de la noche a la mañana.

La economía mexicana en el primer trimestre presenta un escenario de bajo crecimiento con menor inflación.

No tendremos buenos números en la primera etapa del 2014. 

E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

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