“La educación es el
arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” Nelson Mandela
No es que el Banco de Reserva Federal de Estados Unidos (FED,
por sus siglas en inglés) inicie el retiro de su programa de estímulo monetario.
Tampoco lo representa Andrés Manuel López Obrador como la “guerra
sucia” lo dice desde hace años.
El principal peligro para México es no tener una sociedad lo
suficientemente preparada para cuestionar la realidad en la que vivimos.
Y no sólo eso, también es una amenaza para desarrollar el crecimiento potencial del país.
Los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) deberían invitarnos a reflexionar.
Y no sólo eso, también es una amenaza para desarrollar el crecimiento potencial del país.
Los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) deberían invitarnos a reflexionar.
El reporte elaborado por la Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económico (OCDE) coloca a México cada vez más lejos de las
naciones mejor ubicadas en lectura, matemáticas y ciencias.
Según la OCDE, el 55% de los alumnos mexicanos en la materia
de matemáticas no alcanzan el nivel de competencias básico.
En lectura, el alumno promedio obtiene 424 puntos, mientras
que el promedio del organismo internacional se ubica en 496 puntos.
La historia es casi semejante en la materia de ciencias. Aquí
los resultados de la prueba PISA revela que el 47% de los alumnos no cuentan
con los conocimientos adecuados.
En resumen, lo que revelan esos porcentajes es que nuestra
generación de jóvenes entre 15 y 16 años próxima a emplearse en el mercado de
trabajo no tiene las herramientas suficientes para buscar estudiar profesiones
con mayor impacto.
Los empresarios se quejan de que el país no produce mano de
obra calificada para ocupar los puestos que requieren una mayor preparación.
El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en
su último reporte trimestral de desocupación al tercer trimestre pone sobre la
mesa el escenario laboral del país.
Con datos del INEGI, hay un total 2.7 millones de personas sin
empleo, 4.2 millones de individuos que buscan otra ocupación porque la que
tienen es insuficiente para generar sus ingresos y 29.3 millones de
trabajadores laboran sin derecho a prestaciones en la economía informal.
Todo ese mundo de fuerza de trabajo hace pensar que el
objetivo de la administración del presidente Enrique Peña Nieto de buscar
elevar los niveles de productividad se quede sólo en un sueño.
Pero, existe todavía un foco rojo más poderoso que nos
debería llamar la atención.
Y es que los alumnos que van con deficiencias en el aprendizaje
difícilmente podrán cuestionar las decisiones importantes que se tomen en el
país.
Sin una comprensión lectora, una mínima interpretación de la
estadística y conocimiento científico, estos jóvenes que pronto serán los
adultos del mañana bien pueden convertirse en ciudadanos pasivos e indiferentes.
Sabemos que en México gran parte de la opinión pública se
forma a través de lo que dice la televisión.
Pocos mexicanos son los que leen e investigan sobre lo que
dice la prensa.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) en su última encuesta
del 2012 coloca a México en el penúltimo lugar de lectura.
Los desafíos que tenemos como nación son grandes.
Tenemos un alto desempleo, informalidad, elevada desigualdad
en el ingreso, bajo crecimiento y niveles de inseguridad que preocupan.
Se habla de que los riesgos externos son los culpables de
nuestro mediocre crecimiento económico.
La desaceleración de la economía del vecino del norte explica
parte del bajo desempeño de nuestro país en los últimos años.
No lo es todo. Los factores internos son determinantes para
contrarrestar esos efectos.
El lado negativo es que nuestros componentes de la
producción: trabajo, capital y tecnología están mal empleados.
Los resultados de la prueba PISA que elabora la OCDE debe ser
reflexionada más allá de los resultados.
Hay avances en los últimos años. La mala noticia es que el
mundo camina más rápido que nosotros.
Con voces en contra y otras a favor, el gobierno del
presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha la Reforma Educativa.
No es la solución a los problemas.
Sin duda, es un paso adelante, pero es insuficiente porque en
un futuro cercano habrá que realizar otra modificación.
Y el próximo año, el gobierno federal gastará en educación un
total de 592 mil millones de pesos, el más alto.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) pondrá en marcha
programas para Escuelas de Tiempo Completo y Escuelas de Excelencia para abatir
el Rezago Educativo.
Habrá más recursos a la educación. Es una buena noticia, pero
definitivamente, tampoco eso indica que el aprovechamiento vaya a mejorar.
Lo que si debemos hacer con urgencia es observar que están haciendo
naciones como Singapur, Shangai, Hong
Kong y Corea del Sur para elevar su calidad educativa.
No hay mucho por descubrir. Ellos si resuelven correctamente
la ecuación que funciona por excelencia: Autoridades + maestros + alumnos + padres
de familia.
¿Cómo está la nuestra?
Construir un sistema educativo de calidad es tarea de todos.
Construir un sistema educativo de calidad es tarea de todos.
E-mail:omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar
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