Es una tarea complicada. Y todavía más difícil lo es, si hay resultados
negativos.
Los mensajes de optimismo se escuchan con fuerza todos los
días y en todos los foros.
Nuestros políticos lo dicen en cada momento. Sus discursos y
declaraciones contienen esa dosis.
Saben que sí algo hay que volver a ganar en los próximos
meses es la confianza sobre el rumbo económico.
Pero sin acciones con resultados en el corto plazo será
complicado generar esa señal esperada.
La administración del presidente Enrique Peña Nieto está
próxima a cumplir su primer año de gobierno.
Las cifras no le favorecen en nada. En 2013, el crecimiento
de la economía será el más bajo desde la crisis financiera de 2009.
El desempleo sigue sin ceder, la industria de la construcción
vive tiempos por demás difíciles y nuestras exportaciones van a paso lento.
Los malos datos económicos han impactado la confianza de los
consumidores que en el mes de octubre presentó su mayor caída en dos años.
Y no sólo ese comportamiento se observa en los consumidores,
también en el ánimo de los productores. (Gráfica No.1)
No hay que olvidar que los empresarios por lo general son más
optimistas que el consumidor sobre el futuro.
Hoy el incierto entorno económico y las decisiones contagian
tanto al consumidor como al productor.
Luego de vivir el “mexican moment”, el equipo económico tiene
como objetivo principal recuperar el optimismo con el que empezó esta
administración.
Existen indicios de una recuperación económica. Es todavía
frágil, pero hay señales.
Incrementar los niveles de confianza del consumidor y
productor en los siguientes meses será el objetivo a conseguir.
Lo malo, es que el camino tiene muchas interrogantes en el
horizonte.
No es fácil conseguir el objetivo. Y mucho menos con las dudas
que generan incertidumbre y detienen los planes de inversión.
Y es aquí donde Luis Videgaray como secretario de Hacienda y
Miguel Ángel Chong responsable de la secretaria de Gobernación quedan mucho a deber.
La administración Peña Nieto en su primer año de gobierno pondrá
como su mayor logró el proceso de reformas.
Pero sabemos que el impulso a la actividad productiva del
país no será en lo inmediato.
La reforma laboral empieza a ser cuestionada. Al tercer
trimestre del año, Con datos de INEGI hay 2.7 millones de desempleados, 4.2
millones que tienen la necesidad de trabajar más tiempo y en la informalidad
laboran 29.3 millones de personas.
La reforma educativa vivió un proceso fast track que generó un debate nacional posterior.
Hoy el gobierno federal lanza spots en radio y televisión
para contrarrestar la inconformidad del magisterio.
La reforma financiera que busca impulsar y dinamizar el
crédito está esperando su turno para ser aprobada.
La reforma hacendaria terminó por decepcionar a todos. En el
2014 habrá nuevos impuestos y el gobierno tendrá más recursos para gastar.
Y en el escenario, se aproxima la reforma energética, que
dicen ahora es la clave de todas las reformas.
Lo que es un hecho es que el camino para recuperar la
confianza es difícil y complicado.
Ya la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de
la Federación para 2014.
La cifra alcanza la cantidad de 4 billones 476 mil 225.8
millones de pesos, es el monto más alto en la historia.
El equipo económico utilizará esos recursos para impulsar a
la economía mexicana.
Se dice que ahora si no habrá subejercicios y que el dinero
público llegará de manera oportuna para los programas sociales y la inversión
en infraestructura.
Tal parece que nuestro secretario de Hacienda, Luis Videgaray
aprendió la lección.
Se observa al responsable de las finanzas públicas en los
últimos días más concentrado en su despacho que en acompañar al presidente Peña
Nieto en actos públicos.
Bien sabe que tiene un reto bastante importante por delante. Si
algo necesita y le urge a esta administración es el crecimiento de la economía.
El gasto público será el protagonista en 2014. Para que la
actividad productiva se consolide necesita de la inversión privada.
El panorama sigue complicado. Pero, por el momento empecemos
la época de buenos deseos.
Los ojos en el PIB
No hay otro dato más esperado que la publicación del Producto
Interno Bruto (PIB) de una nación.
Ese indicador económico revela el dinamismo de la actividad productiva
en un periodo determinado.
Según los cálculos de Hacienda en su reporte trimestral de
finanzas públicas, la economía mexicana reportó un avance anual de 1% en el
tercer trimestre del 2013.
Con respecto al segundo trimestre de este año presentó un
crecimiento de 0.9 por ciento.
Pero el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)
es el encargado de publicar el dato económico por excelencia.
Y será el próximo jueves, cuando INEGI anuncie el Producto
Interno Bruto (PIB) del periodo julio a septiembre.
Le anticipo que no se esperan buenas noticias. Los últimos
indicadores señalan que la debilidad de la economía sigue su curso.
Sabemos que en cuestión de pronósticos Luis Videgaray y su
equipo no pueden presumir de nada.
Así que si los números no le favorecen, no sería nada raro
que nuevamente Hacienda modifique su estimación de crecimiento para este año.
Luego de tres revisiones anteriores, Hacienda pronostica un
Producto Interno Bruto (PIB) de 1.7%, el Banco de México tiene un rango de 0.9
a 1.4% y el FMI tiene una cifra de 1.2 por ciento.
Y cómo alguien dice: ¿Quién da menos o quién da más?
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar
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