Dicen que México está tan lejos de Dios, pero tan cerca de Estados
Unidos.
Y por esa relación tan estrecha que existe entre ambos países
preocupa la evolución de la mayor economía del mundo.
Pese a que tenemos muchos acuerdos de libre de comercio con
diversas naciones, nuestras exportaciones de manufacturas tienen como principal
destino los Estados Unidos.
Y no solo eso, este país es el inversionista más importante
para la economía mexicana.
Tan sólo en el periodo de 1999 a 2012 y con cifras de la
Secretaría de Economía, la Inversión Extranjera Directa (IED) de Estados Unidos
registró un total de 153.3 MMDD, mientras que España ocupó el segundo lugar con
un monto de 41.9 MMDD.
Así que esa cifra deja claro que no es para menos estar con
el ojo puesto en el rumbo económico del vecino del norte.
La economía estadounidense también enfrenta claroscuros en su camino de
recuperación tras los severos efectos de la mayor crisis desde la gran
depresión.
No hay duda de que la administración del presidente Barak
Obama tiene ese reto por delante y ese fue el gran mensaje que le otorgaron los
electores al momento de emitir su voto en noviembre pasado.
Pero lamentablemente la administración Obama no
puede hacer mucho en este momento por los grandes desacuerdos que hay con el
Congreso en materia de política fiscal.
Y aunque a principios del año se evitó lo que se llamó el
“abismo fiscal” que amenazó con llevar a otra recesión a la economía, en este
momento se sufren los estragos del recorte al gasto público y el alza de
impuestos que entraron en vigor desde el primero de marzo.
Con esa medida, el sector público estadounidense pierde toda
oportunidad para generar empleo e inversiones que tanto se necesitan para
consolidar la frágil recuperación.
La mayor economía del mundo tiene un gran problema fiscal que
llevará años ponerlo en orden.
Así que todas las esperanzas para llevar a buen puerto la recuperación
de la economía están puestas en la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en
inglés) y su presidente, Ben Bernanke.
La más reciente información económica dice que la actividad
económica del vecino del norte sigue enviando señales con cierto optimismo,
pero sin dejar claro si son de manera sostenida.
Por ejemplo, con cifras del Departamento de Comercio de
Estados Unidos, el crecimiento del
Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre del año registró un avance
de 2.4% a tasa anualizada. (Gráfica 1)
Luego del tropezón del último trimestre del año, gran parte
de la expansión del PIB estadounidense se explica por el dinamismo del gasto de
los consumidores que avanzó 3.4% en los primeros tres meses del año, pero la
caída de 4.9% del gasto público deja claro que el problema fiscal que se tiene
no deja repuntar con fuerza a la actividad económica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un
crecimiento de 1.9% para la economía estadounidense en este 2013 y de 2.7% para
el año 2014, mientras que la Reserva Federal mantiene su proyección entre un
rango que va de 2.3% a 2.8% para 2013.
Y ese contraste en la información económica hace que los
hogares estadounidenses sean muy cautelosos en sus decisiones de consumo.
Luego de haber tocado en mayo su nivel más alto desde julio
de 2007, el Índice de Confianza del Consumidores elaborado por la Universidad
de Michigan en su lectura preliminar retrocedió de 84.5 puntos en mayo a 82.7
puntos en junio, señal que refleja el impacto contradictorio de la información
económica.
No hay que olvidar que el gasto del consumidor es la variable
que explica en gran parte el crecimiento de la economía estadounidense.
Por esa razón, el gran pendiente y la mayor preocupación de
la administración Barack Obama que también comparte la Reserva Federal es el
comportamiento del mercado laboral.
Dice la Fed que en el mercado de trabajo hay señales de
estabilidad, aunque todavía la creación de un mayor número de puestos es
insuficiente para contrarrestar los niveles elevados de desempleo.
Con datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, la
tasa de desempleo en el mes de mayo se ubicó en 7.6%, luego de haber iniciado
el año en 7.9 por ciento. (Gráfica 2)
Hoy son 11.8 millones de estadounidenses que se encuentran
sin un puesto de trabajo.
Y tal vez lo que más preocupa es que la tasa de participación se encuentra en sus niveles más bajos de su historia, lo que revela un panorama incierto en materia de empleo.
La información económica dice que hay avances, pero todavía
no se observa la luz al final del túnel.
Y en medio de una fuerte especulación sobre el futuro de su
programa de compra de bonos conocido como flexibilización cuantitativa (QE, por
sus siglas en inglés) se reúne una vez más la Reserva Federal.
Al interior del Comité de Mercado Abierto de la Reserva
Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) hay un debate por demás interesante
que sin duda seguirá durante esta reunión.
Unos miembros del FOMC dicen que hay que parar el QE, otros
comentan que todavía no es tiempo y falta más información para estar seguro de
hacer ese movimiento.
Precisamente ese debate hace que la especulación sea elevada.
Lo que es un hecho es que esa estrategia de la Fed llegará un día a su fin.
Pero hoy a falta de protagonismo de la política fiscal, las
esperanzas y miradas están
puestas en la Fed y Ben Bernanke .
Y en esta reunión que comienza este martes y finaliza con el anuncio del FOMC el miércoles observaremos si la Fed hace efectivo el
mensaje del comunicado anterior.
Se dicen estar listos para actuar, pero tal vez todavía no
sea el momento para hacerlo.
Los efectos en México
Todo el ruido por la Fed y el rumbo de los estímulos
monetarios han impactado el tipo de cambio y los niveles de tasas de interés.
Así el dólar en el mercado interbancario se vende en 12.6929
pesos por billete verde, luego de haber tocado un nivel mínimo de 11.9599 pesos
el pasado 9 de mayo.
Y no sólo esos efectos se observan en los mercados
financieros, también el sector real experimenta el lento crecimiento de la
economía estadounidense.
Las exportaciones manufactureras, nuestro principal motor de
la economía interna siguen sin responder.
En los primeros cuatro meses del año presentan un ligero
avance de 1.4%, señal de la debilidad del mercado externo.
También las remesas de los trabajadores en Estados Unidos
continúan a la baja.
Al mes de abril, los recursos del exterior que llegaron por
esta vía se ubican en 1,901.9 millones de dólares, lo que representa una
disminución anual de 6.4% y acumulan diez meses consecutivos en contracción.
Y recientemente, el Instituto de Geografía, Estadística e
Informática (INEGI) anuncio el dato de la producción industrial en el mes de
abril.
Con datos de INEGI, la actividad industrial con cifras
ajustas por estacionalidad presentó una baja de 2.2%, siendo el sector de la
construcción uno de los más afectados.
Así que las señales continúan reflejando un panorama
complicado y donde la atención tiene que
estar en observar la evolución de la economía del vecino del norte.
e-mail:omarcancinoeco@gmail.com
twitter: cancino_omar
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