Con su “Make
America great again” Donald Trump conquisto la voluntad del pueblo
estadounidense en las elecciones del 8 de noviembre.
Su
aplastante e inesperada victoria refleja la desesperación de la clase obrera por una economía que
crece a un ritmo demasiado lento.
Ni sus
escándalos, ni su manera irracional de hablar hicieron efecto en el
electorado.
Poco importo
el número de empleos generados por la administración del presidente Barack
Obama.
Eso sí, cumplir
sus promesas de campaña no será fácil, pero puede tener el camino despejado,
pues tiene mayoría en el Congreso de Estados Unidos.
Ese es un
punto de lo más importante. El “poder” para hacer y deshacer lo tiene.
#Cartón: El mundo tras la victoria de Trump... Por @CartonCamacho https://t.co/Ed7cgvt5fS pic.twitter.com/1AO2cDw1zz— Reforma Opinión (@reformaopinion) 10 de noviembre de 2016
A lo largo
de su campaña electoral Mr. Trump hablo de medidas anti libre comercio,
inmigración, deportación de ilegales, gravar las remesas, reducción de
impuestos y penalizar a las empresas que se lleven sus líneas de producción a
otros países.
Pese a que
los principales índices accionarios de Wall Street sufrían cada vez que Trump
subía en las encuestas, ahora con su triunfo en las elecciones presidenciales
marcan niveles históricos.
Tan sólo el
famoso S&Poor´s 500 alcanzó las 2,164 unidades, lo que implica un avance de 3.8%
desde la victoria de Trump.
El promedio
industrial Dow Jones –que incluye a la principales 30 empresas de Estados
Unidos- presenta una ganancia de 5.4%, mientras que la euforia también contagia
al mercado tecnológico, pues el índice Nasdaq gana 3.8 por ciento.
Los
portafolios de inversión también tienen la apuesta en “Make America great
again”
Pero Mr.
Trump y su Consejo de Asesores Económicos se van a encontrar con un deteriorado
balance fiscal y un alto endeudamiento.
Bien dicen
que prometer no empobrece. Así que cualquier programa económico de reducción de
impuestos y uso del gasto público para impulsar el crecimiento debe ser tomado
con reservas.
La
estrategia vs el Efecto Trump
La
administración del presidente Enrique Peña Nieto debe dejar de pensar en el
muro y poner en marcha una estrategia para contrarrestar los efectos de la
política que implementará la administración Trump.
Con mensajes
que invitan a la tranquilidad como el que enviaron el miércoles pasado el
secretario de Hacienda, José Antonio Meade y el gobernador del Banco de México,
Agustín Carstens; no se logra mucho.
Plan de contingencia. #donaldtrump #murotrump #carstens #meade #Banxico #SHCP pic.twitter.com/yBnh5SAYvW— Nerilicón (@Nerilicon) 10 de noviembre de 2016
La presión
sobre el peso y la caída del precio de las acciones es una prueba de que los
portafolios de inversión adelantan malas noticias.
Así que la
Junta de Gobierno de Banco de México anunciará un incremento en la tasa de
interés objetivo.
Se estima
que la autoridad monetaria elevará en 50 puntos base la tasa de referencia el
próximo jueves.
La medicina
tiene sabor amargo, pero sin duda es necesaria en estos momentos, donde las
expectativas de inflación de mediano plazo han repuntado y la depreciación del
peso amenaza con un deterioro mayor.
Hacienda
tiene como tarea principal ejecutar el gasto público conforme al calendario.
Los mercados
vigilarán que cumpla con la meta de obtener un superávit primario el próximo
año.
No sólo en
el terreno económico es necesario implementar una estrategia, también hay que
trabajar en el aspecto político.
Se habla del
posible regreso a la escena política del ex secretario de Hacienda, Luis
Videgaray.
Sin duda, la
figura de Videgaray podría ser un intermediario con un alto valor diplomático.
Pero por el
momento, la Canciller Claudia Ruiz Massieu junto con el embajador en Estados
Unidos, Carlos M. Sada tendrán que demostrar sus habilidades para establecer
una agenda de diálogo constante con el presidente Donald Trump.
¿Habrá
estrategia?
Twitter : @cancino_omar
E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
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