lunes, 11 de agosto de 2014

Los tiempos del salario mínimo

“Los obreros están siempre dispuestos a concentrarse para elevar los salarios, y los patronos para rebajarlos” Adam Smith, La Riqueza de las Naciones

El debate sobre el nivel de los salarios mínimos en México está al rojo vivo.

Y no es para menos, es una demanda de la clase trabajadora que pide a gritos desde hace varios años.

Lo mismo sucede en todo el mundo.

Empleo y una mejora en los ingresos son las peticiones que se dejan escuchar en cada rincón del planeta.

Como en todo intercambio de ideas, unas voces están a favor y otras en contra.

Recuerde que Karl Marx, en su libro El Capital, puso sobre la mesa el conflicto entre la burguesía y el proletariado.

Los primeros son los dueños de los medios de producción y patrón de los asalariados.

Los segundos son los que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para subsistir.

En México, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI), donde gobierno, el sector empresarial y representantes de los trabajadores tienen voz y voto, es la encargada de fijar el ingreso mínimo para el sector laboral.

Lamentablemente, para el sector laboral, la alianza gobierno-empresarios domina la discusión.

Por esa razón, no sorprende que el actual debate sobre el nivel de los salarios no venga de este organismo.

Sólo se escucha hablar de la CONASAMI en el mes de diciembre, cuando se anuncia el esperado incremento en los salarios mínimos.

El actual momento nos invita a tener la mirada sobre este organismo y reflexionar sobre su futuro.

Los datos revelan el severo golpe al bolsillo a la clase trabajadora.
A partir del primero de enero de 2014, el salario mínimo en promedio en México se ubica en 65.58 pesos, un avance de 4.83 pesos desde que inicio la presente administración.

Datos de la última Encuesta Trimestral de Ocupación y Empleo (ENOE) del primer trimestre del 2014, nos dicen que 6.5 millones de personas en el país ganan el salario mínimo.

Según INEGI, el 46.8% de la población ocupada gana en promedio entre uno y tres salarios mínimos al día, lo que representa un ingreso entre 64.58 y 196 pesos al día.

Cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (CONEVAL) señalan que en el primer trimestre del año, el Indicador de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) aumentó 3.46%, respecto al mismo periodo de 2013.
Esa cifra indica que la proporción de personas que no puede adquirir la canasta básica con su ingreso laboral sigue a la alza.

Alfonso Navarrete, Secretario del Trabajo (STPS) dice que una vez que la recuperación económica se consolide habrá tiempo para tratar el tema salarial.

El sector empresarial también alza la voz.

Sus representantes no dejan de enviar mensajes catastróficos sobre las consecuencias de un incremento salarial.

Alza en la tasa de inflación, cierre de empresas y un mayor desempleo es lo que anticipan como siempre los empresarios cada vez que se habla del tema.

La administración del presidente Enrique Peña Nieto tiene como meta elevar la productividad de la economía mexicana.

Los cambios estructurales van en esa dirección, pero no son la “varita mágica” que detone por sí misma la productividad del país.

Gobierno, empresarios y trabajadores tienen esa responsabilidad.

Al primero, le toca hacer la tarea de mantener la estabilidad económica y garantizar el estado de derecho.

Los empresarios de hacer las inversiones que impulsen los niveles de empleo bien remunerado para abatir las cifras de informalidad.

Y al trabajador comprometerse a incrementar su capital humano.

Si los tres cumplen sus objetivos, entonces no habrá porque tener miedo y hacer anuncios apocalípticos sobre un aumento del salario.

Se organizaron foros y mesas redondas para analizar todos los puntos de la Reforma Energética. ¿Por qué no hacer un esfuerzo más?

¡Bienvenido el debate!

E-mail: omarcancinoeco@gmail.com
Twitter: @cancino_omar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario